Once Upon A Time

Tricks

Regina se vio succionada por el espejo.
Cuando lo atravesó, cayó sin control por un negro túnel lleno de extraños objetos, algo así como Alicia en el País de las Maravillas.

Se estrelló contra el suelo blanco lejía y se levantó dolida.

Se dirigió a la ventana acuosa a través de la cual pudo ver a Emma y David charlando.
Quiso llamar su atención, pero no lo logró.

-No ha podido ser ella. No le haría eso a su hija...no, no se lo haría.-

-Pues claro que no, Swan!-

-A Regina le preocupaba que nos hubiera visto... Vamos a casa, allí estaremos más seguros...-

-¡No! ¡Swan!- Aporreaba el cristal acuoso. -¡Emma!- Pegó un golpe.

Se apoyó sobre el cristal que creaba ondas de agua y lo golpeó una última vez antes de ver que se habían ido.

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-¡Sacame de aquí!- Ordenó Regina mientras veían como inspeccionaban su despacho.

-¿Resulta frustrante, ¿verdad? Ahora estaremos juntos para siempre...- Dijo él.

-Escuchame Sydney, y escuchame bien.- Aclaró. -Tu y yo, JAMÁS vamos a estar juntos. Si quieres acercarte a mi, tendras que MATARME.-

-...Ya te acostumbrarás...- Desapareció.

-¡Sydney!-

El hombre sabía como intercambiarse de espejo y volver al mundo terrenal.

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-Emma...- La niña se levantó del sofá. -Has tardado mucho, me estaba preocupando...-

La rubia dejó su chaqueta en el colgador.

-¿Ocurre algo?- Se preocupó.

-Emily...- Pidió. -Siéntate...-

-¿Qué-qué pasa?- Se sentó asustada.

-Han matado a Archie...- Explicó triste.

-¿Qué?- Bajó la mirada. -¿Quién haría algo así?-

-Hay más...- Mostró un vídeo en su móvil. -Fue Regina...-

-No.- Aseguró. -No fue ella.-

-Tenemos un vídeo, que la situa en el momento del crimen.-

-Están manipuladas.-

-Ella temía que Archie nos delatara...-

-No, Emma.- Insistió con los ojos llorosos. -Es una treta.-

-El vídeo está bien...- Afirmó. -Ni magia, ni trucos...-

-No, ella no...- Miró el móvil. -Emma, no puede haber... ¿Qué le pasó a Archie?-

-Le arrancaron el corazón...- Le cayó una lágrima. -Y lo estrujaron...-

-No...- La mujer la abrazó.

-Lo siento...-

-No...- Empapó el hombro de la sheriff. -Ella no haría eso, Emma...No es una asesina...es mí madre...-

-¡Sydney!- Gritó al ver a su hija llorando. -¡Maldito chalado!-

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-No se habría ido sin despedirse...- Aseguró sobre su regazo con los ojos como platos. -No me habría dejado así, Emma. Ha debido de pasarle algo...-

La mujer estaba casi dormida. -No te preocupes...todo se solucionará...-

-...Emma, tengo miedo...- Tuvo un escalofrío.