Moonshine

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-Porque, al final.- Dijo Pan desenvainando su espada. -¿No somos todos almas perdidas?-

Escuchó un ruido y se giró. -¿Como no?-

-¿De veras pensate que iba a creer algo de lo que me decías?- Preguntó Emily a punta de espada.

-¿Y cuál es tu plan?- Rió él. -¿Enfrentarte a un profesional de la espada?-

-Emily, vete.- Ordenó Regina.

-No puedes pedirme que haga algo así.-

-No te lo pido, te lo ordeno.-

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Wendy desenterró algo en la tierra.

-¿Es...un corazón..?- Preguntó Emma.

-Es el de la salvadora.- Explicó. -Los tres corazones vencerán a la magia de Pan y devolverán la magia a Nunca Jamás. El de las salvadoras y el del creyente más puro.-

-¿El mío?-

-Uniendo fuerzas, ese es el único modo.-

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Varios niños perdidos aparecieron para luchar.

-¡Emily!- Corrió Leo.
El chico se puso del lado de la joven con su arco y sus flechas.
Roció una de las flechas con polvo de hadas y la disparó al cielo.

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-¡Ahí!- Exclamó Robin al ver la flecha que explotó en el aire.

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-Atacad...- Murmuró Pan.

-¡No!- Trató de soltarse.

David llegó y luchó con su espada, Robin con sus flechas y Garfio, bueno, con su garfio.

-¡Yo te cubro!- Aseguró Leo mientras Emily se vatía con Pan.

-¡No podemos matarlos!- Aseguró Killian. -Son niños.-

-¿Y qué hacemos?- Preguntó Robin.

-Ahg.- Cayó con su espada.

Pan lanzó la espada de la niña con una patada y la arrinconó contra un árbol.

-¡Emily!-

El resto de niños perdidos se amontonaron entorno a ellos.

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-Ya está...- Wendy introdujo los tres corazones en el interior de una piedra mágica.

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-¿Unas últimas palabras?- Preguntó Peter aguantandola contra un árbol.

-¡Regina!- Pidió Robin.

-¡No puedo hacer nada!- Aseguró desesperada. -Solo soy un ser humano, no puedo luchar todas las batallas del mundo...¡Haced algo!-

-Si...- Dijo la joven. -A veces, el mejor ataque, es una derrota...- Cuando la niña le clavó una daga en el estómago, los otros niños corrieron a esconderse sabiendo que iban a perder.

Regina se soltó del árbol. Un ser humano era la clave.

Una luz violeta se alzó y cubrió toda la isla, la magia había vuelto.

Peter retrocedió herido y levantó su espada para volver a atacar.

-Ahg...- Soltó el arma cuando Regina le sacó el corazón.

La morena lo estrujó hasta que el chico recobró su verdadera edad.
Rompió el hechizo y, al ser el padre de Rumpelstiltskin, no solo era mayor que él, era cientos de años mayor de lo que aparentaba. Se puede decir que se redujo a cenizas.

Se reencajó el hombro después de tanto tiempo mal colocado.

-Emily...- La abrazó. -Lo siento yo...no quería que pensaras que...-

-Sé exactamente a qué te referías.- Aseguró. -Jamás pensaría otra cosa.-

Regina sonrió. -¿Qué he hecho yo para merecerte?-

-Algo horrible...- Rió.

La mujer rió y volvió a abrazarla.

-¿Estás bien?- Preguntó Robin.

-Si.- Respondió Leo.

-¿Y tu?-

La mujer sonrió a modo de respuesta.

-Sabía que lo conseguirías.- Llegó Wendy.

-Toma.- Emma le devolvió el corazón, por un lado más rojizo y por el otro algo más violeta.

El pirata besó a Emma.

-Sigo sin entenderlo...- Murmuró David.

-Oh, vamos.- Rió Mary Margaret.

Regina también rió y Robin decidió guardar esa sonrisa en sus labios.

-Emily.- Se giró Leo sin pensarlo.

-¿Si?- Preguntó ella.

-Eh...- Pensó. -¿Como...salimos de aquí?-

-En el barco del capitán.- Dijo Wendy tímida.

-¿Os conociais?- Se interesó Emma.

-Digamos que no es mí primera visita a Nunca Jamás.- Dijo él.

-Él me salvó la vida.- Explicó.

-Vaya, parece que no eras el chico malo que querías hacernos creer que eras...-

Todos rieron.

Emily vio algo en el suelo. Se agachó y desenterró la cajita en la que se encontraba Rumpel.

Pronto todos dejaron de reir.

-Le prometí a Bella...- Limpió la caja. -Que le traeriamos de vuelta...-

-Cariño, no podemos hacer nada por él.- Se acercó la morena. -Esta magia requiere de una vida para liberar otra.-

-Ah- La miró con una idea.

-No.-

-Pero...aún no he...- Se extrañó. -No me refería a matar a... Pan está muerto, ¿eso puede servir..?

-Puede.- Pensó. -Pero sería muy arriesgado...-

-Yo lo haré.- Fue Emma.

-Emma...- Pidió Garfio.

-No pasa nada.- Cogió un puñado de tierra del suelo con las cenizas del chico y las dejó caer sobre la cajita.

Regina no se fió y le quitó la caja de las manos a la niña y la puso en el suelo.

Se abrió un boquete en la cajita y una luz verde dejó aparecer a Rumpelstiltskin.

-¿Qué?- Reaccionó él. -¿Dónde está mí padre?- Preguntó furioso.

-¿Pan?- Se asqueó Emma. -¿Peter Pan era tú padre? Aj...-

-Es una larga história.-

-Pues está muerto.- Explicó Regina.

-Bien.- Dijo él. -Volvamos.-

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Bella sollozó sentada en la mesita de la trastienda y mirando la taza desvortillada.

-¿Bella?- Escuchó desde la puerta.

-Ah...- Reaccionó y corrió hasta él. -¡Rumpel!- Lo abrazó fuertemente. -Rumpel pensaba que te había perdido...-

-Nunca me perderás, Bella.- Aseguró él. -Nunca Jamás.-

Once Upon A TimeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora