Back to Oz

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La nube verde que las cubría se disipó.

-¿Esto es Oz?- Preguntó Emily dando un paso al frente.

-Si...- Respondió Zelena. -Estamos en el bosque...-

Emily se asomó al precipicio y pudo ver todo el paisage que asomaba más allá. Cuantas luces y edificios...la parte rural quedaba atrás, y la ciudad se veía al fondo.

-Oh...mis zapatos...- Se quejó. -Han perdido su magia...- Quiso probar si podía seguir haciendo magia con sus manos, pero al intentar crearla no pasó nada.

-No importa, encontraremos otro modo de volver.- Aseguró la joven.

-Debieron desactivar mí magia después de que me fuera...- Dijo la mujer. -Ahora corremos peligro...-

-¿Tenemos que ir a ver al mago?- Preguntó Emily.

Zelena rió. -No, cielo, al mago no, él no puede ayudarnos, no es más que un farsante...-

-Tal vez la Bruja Buena pueda ayudarnos.- Sugirió la niña.

-¿Glinda?- Pensó la mujer. -No creo que ella ni sus hermanas quieran ayudarnos después de todo lo que les he hecho...-

-Puede que no a la Bruja Mala, pero tal vez si a Zelena...- La animó. -Tenemos que intentarlo...-

Zelena asintió. -Viven en lo alto de la torre que hay a las afueras de la ciudad.-

-¿Como llegamos?- Preguntó Emily.

La mujer sonrió. -Pues por el camino de baldosas amarillas, por supuesto...- Indicó con su brazo.

Las dos comenzaron a caminar.
Zelena agarraba a su sobrina por el hombro, ya que hacía frío. Que fuera de noche no ayudaba mucho.

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-Vaya, no pensaba que en Oz fuera a hacer tanto frío...- Dijo la niña tras un largo camino.

-Ya...supongo que cuando te acostumbras ya no es tan malo...- Informó la mujer. -Pero no te preocupes, ya falta poco para llegar.-

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Una vez dentro de la ciudad, ambas recorrieron el camino que les faltaba para llegar a la torre donde vivían Glinda y sus hermanas, bordeando los límites para que nadie las reconociera.

Zelena agachó la cabeza con la capucha puesta.

Al llegar al edificio les informaron de que las brujas no aceptaban visitas.

-Solo queremos hablar con ellas.- Pidió Emily. -Necesitamos su ayuda para volver a casa...-

-Oh...vamos, dejalas pasar...- Permitió una de las brujas.

Una vez dentro hablaron.

-Yo soy la Bruja del este.- Explicó con una sonrisa. -¿Quiénes sois vosotras?-

-Yo soy Emily.-

-Emily...hace tiempo que te estábamos esperando.- Aseguró la bruja de ropas doradas.

-Ella es mí tía, Zelena.-

La mujer se quitó la capucha.

La bruja retrocedió asustada.

-No, por favor, no hay nada que temer.- Insistió la joven.

-¿Zelena?-

-Ella es buena ahora, rompí el hechizo que Rumpelstiltskin introdujo en su corazón.- Explicó.

-¿Zelena?- Glinda caminó tranquila hacia ellas. -Podéis estar tranquilas, ya no alberga maldad alguna en su interior.-

La mujer de vestido blanco se acercó a la niña.
-Y tu debes de ser Emily... Te hemos estado esperando...-

-¿A mi?- Se sorprendió.

-Está escrito en el libro.- Las invitó a acompañarla.

Al entrar en la sala donde las brujas solían reunirse, vieron el libro más grande que jamás habían visto.

-Aquí se encuentra toda la historia de Oz, pasada, presente y futura.- Sonrió.

-Vaya...- Se impresionó. -¿Por qué salgo yo en el libro?-

Glinda las invitó a sentarse.
-Tu madre nos ayudó a desterrar al mago después de que la magia de Zelena dejara de hacer efecto.-

-¿Angela?- Preguntó Zelena.

-Si.- Continuó. -Estaba escrito que llegarías hasta nosotras, que devolverías la fe a la ciudad de Oz.-

-¿La fe en qué?- Se interesó.

-La fe en la magia.-

La joven miró a su tía.

-Después de que el mago resultara ser un farsante, y de que la Bruja Mala se hiciera con el control durante años, el pueblo de Oz ha perdido su fe en la magia. De ese modo, algo que debería ser puro y esperanzador, a los ojos de la gente es algo que hay que destruir, algo que temer y de lo que alejarse...-

Zelena bajó la mirada. -Lo siento, yo...-

-No fue culpa tuya.- La niña cogió su mano.

-Está escrito que tu demostrarás que tienen una idea equivocada de la magia, que puede llegar a ser maravillosa.- Insistió.

-Parece que vaya a donde vaya siempre voy a seguir siendo la salvadora...- Pensó.

-¿Y quién mejor que tu?- La animó. -Emily; la hija de Angela, la semidiosa del Zodíaco...-

Emily miró a su tía, pues no tenían ni idea de que Angela fuera una semidiosa.

-Criada por la reina Regina, devolviste los finales felices, iluminaste los corazones más oscuros...- Sonrió. -Tus antecedentes te preceden... Tu família es fuerte, tus madres fueron unas luchadoras, y tú hermana...-

-¿Mí hermana?- Se impresionó. -¿Qué hermana?-

-Bueno, hermana por parte de padre...- Aclaró la bruja.

Emily volvió a mirar a su tía.

-No sabíamos que tenía una hermana.- Explicó la mujer.

-Venid...- Pidió caminando hacia el centro de la sala donde años atrás le mostraron a Zelena las imágenes de Regina.

Zelena sujetó a su sobrina para que no se asomara demasiado cuando el suelo mostró imágenes de un bosque.

-Cuando tú madre escapó del bosque estaba desorientada, ella no sabía quién era él en esos momentos.- Explicó. -Lo supo más adelante, cuando nosotras le mostramos su muerte.-

-Regina dijo que mí madre le había contado que él fue una de sus víctimas.- Pensó la niña.

-Y no le faltaba razón...- Las hizo mirar cuando se mostró la imagen de la que era su media hermana.

-Oh...dios...- Se sorprendió Zelena.

-Tienes que estar de broma...¿ella?-







¿Quién puede ser?

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