Once Upon A Time

Wake Up

Regina abrió los ojos tumbada en medio de la carretera.

Lo primero que vio fue la luz del Sol, un fuerte reflejo que por un momento la hizo pensar que estaba muerta.
Supo que no lo estaba porque no creía merecer el cielo.

Puede que no estuviese en el cielo, pero si que vio ángeles.

Lo primero que hizo al levantarse fue abrazar, con todas sus fuerzas y como si hubiera pasado una eternidad, a su hija.

Después dejó que el ladrón le robara un beso.

-Garfio...- Recordó Emma.

-Te acompaño.- La siguió la niña.

Ambos sonrieron, como si ese momento fuera el único que necesitaban vivir para alcanzar la felicidad.
Porque, ¿quién quiere un final feliz pudiendo tener un feliz sin final?

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-¿Dónde..?- Entró Emma por la puerta.

Blanca y David estaban en el salón junto al pequeño Neal.

-No...- Temió lo peor.

-Swan.- La llamó desde lo alto de las escaleras.

-¡Killian!- Subió. -¡Pensaba que habías muerto!- Lo abrazó.

Emily sonrió.

-¿Todo bien?- Preguntó Blanca.

-Ahora si.-

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-¡Vamos!- Dijo Leo. -¡Ven si te atreves!-

Los niños jugaban con espadas de madera mientras Robin y Regina miraban desde el banco.

-No es por quitarle emoción...- Rió Robin. -Pero creo que ganará Leo.-

-¡Hay que proteger a la princesa!- Aseguró. -¡El ejército enemigo avanza veloz!-

-¿Dónde está Emily?- Preguntó el hombre.

-¿Protegerme?- Rió la niña. -Por favor...-

-Deja que nosotros nos encargemos.-

La chica le hizo una pequeña llave y él acabó en el suelo de césped inmovilizado por su propia espada.

-¡Whoa!- Aplaudió la mujer. -¡Esa es mí chica!-

-¿Prefieres que te proteja yo a ti?-

Roland se rió.

Leo se levantó y le pidió su espada al niño.
-Ahora veremos quién maneja mejor la espada.-

Los dos jóvenes comenzaron a luchar.

Golpe alto, golpe bajo. Ataque frontal y lateral.

Leo se subió al columpio valancin sin dejar de mover su espada.

Emily le paró uno de sus golpes. -Bien jugado.- Dijo antes de lanzar la espada del chico. -Peleas como una niña.-

-Y tu como un niño.-

-Rindete, solo puedes quedar segundo.-

El niño levantó las manos en señal de rendimiento.

-Maravilloso...- Dejó la espada en el suelo y se fue chocando esos cinco con Roland.

-¿Quién te ha enseñado?- Preguntó Robin. -Lo haces bastante bien.-

-Si, Emily...- Siguió Regina. -¿Quién te ha enseñado?-

-Eh...fue Emma.- Dudó. -Ya sabes, en el Bosque Encantado...-

-¿Que Emma hizo, qué?-

-¿Podemos ir a tomar un helado?- Sugirió el chico.