True love's act

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Emma se giró cuando la luz del Sol entró por las ventanas. Tuvo una buena sensación al no convertirse en cisne, casi como si lo echara de menos.
Pero ese sentimiento duró poco.

-¿Regina?- Intentó despertarla Blanca. -¿Regina?-

Emma se sintió abatida, realmente acababa de dar su vida por ella.

-¿Cómo conseguiste escapar del árbol?- Preguntó Rumpel.

-¿Eso importa?- Se enfadó David.

-Pues claro...- Se dió cuenta. -El ladrón...él me ayudó a escapar.-

-¿Qué ladrón?- Se preocupó David.

-Yo vine hasta aquí con mí magia, pero él no...- Pensó.

-¿De qué ladrón hablas?- Preguntó Blanca.

-Quizás él puede salvarla.- Aseguró. -Ah...pero no se dónde puede estar.-

-Ayudalos.- Ordenó Bella.

-Si tienes algo que le pertenezca, puedo llevaros hasta él...- Explicó el hombre.

-¿Y por qué ibamos a fiarnos de ti?- Preguntó Garfio.

-Porque Bella me controla ahora.- Recordó. -Podréis estar seguros de que no miento.-

-Es la única forma de recuperar a Regina.- Argumentó Emma. -Se ha sacrificado por todos nosotros...-

-¿Tienes algo de ese hombre?- Preguntó Rumpel.

-...no...-

-¿Entonces como piensas encontrarlo?-

Emma se arrepintió enseguida ...había sido tan egoísta...

-De todos modos, eso ya no importa.- Aseguró Rumpel. -Está muerta.-

-¡Ahhh!- Despertó.

-¿Regina?- Se asombró Emma.

La mujer respiraba agitadamente.

-¿Qué ha pasado?- Preguntó Blanca

-Que la han salvado...- Le dolió admitir a Rumpel.

-¿Quién?-

Regina intentaba asimilar lo que acababa de pasar.

-Se ha salvado a si misma con un acto de amor verdadero...- Explicó.

-¿Qué?- No entendió Regina.

-Diste tu vida por amor a tu hija...- Dijo a regañadientes. -Eso, es lo que te ha salvado, un acto de amor verdadero.-

°°°

Regina salió corriendo del castillo. Respiraba agitadamente y no podía pensar. Le faltaba el aire.

-¿Pero qué te pasa?- Preguntó Emma al encontrarla.

-¿No lo entiendes?- Se extrañó. -Ella sigue siendo la única razón por la que sigo viva...y no lo merezco... No merezco un final feliz ni una vida si quiera.-

-¿A qué te refieres?-

-La admiro por pensar que hay algo bueno en mi, y no quiero decepcionarla, pero estoy ligada al infierno...- Explicó. -Todo lo que he hecho, todo lo que ha pasado...esto es demasiado para ella. Esa luz que hay en sus ojos, no quiero que se pierda...pero en los mios, sólo hay odio y resentimiento...se esconden todos mis demonios... Y temo que si se acerca demasiado pueda quemarse...-

-Eres su madre.-

-Por eso mí deber es protegerla, pero tal vez yo sea el problema.- Sugirió. -Todo lo que quiero para ella es que sea feliz...pero yo no le hago ningún bien... Solo soy una persona atrapada que intenta escapar de lo que hay dentro de mí...un monstruo...en eso me convirtí. Nada de lo que toco es lo suficientemente oscuro.-

-No es cierto.-

-Destruyo todo lo que toco. ¿Sabes lo duro que es luchar contra eso todo el tiempo?-

-De eso nada.- Corrigió. -La mayoría de personas no serían capaces de hacer lo que tu acabas de hacer. Te has salvado a ti misma, no necesitas a nadie que te proteja ni te guie, tu sola eres mas que suficiente. Eso es lo que le enseñas a Emily, esa es una de las lecciones más valiosas de la vida.- La animó. -Eres buena para ella.-

-Dejame de una vez, Swan. ¿Te crees que puedes ir por ahí arreglandolo todo? Me he salvado a mi misma porque no os necesito a ninguno, como siempre ha sido y siempre será.-

-Lo único que vas a conseguir así es hacerte daño.- Advirtió

-Pues eso es cosa mía.- Se largó.

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Regina se fue al bosque a pensar, allí nadie la molestaría.

-Juro que si no dejas de seguirme, te daré a probar una de mis bolas de fuego.- Amenazó al escuchar un ruido.

Pero no era Emma la que se escondía entre los arbustos.

-¿Robin...?- Se extrañó. -Pensaba que eras Emma. ¿Qué haces aquí?-.

-Ella me dijo que te encontraría aquí.- Explicó.

-¿Has venido a pie?-

-Estoy acostumbrado a las largas distancias.- Sonrió.

Regina guardó silencio.
-¿Pero por qué? Ya te lo dije, soy la Reina Malvada, tu mujer está muerta por mí culpa...he hecho cosas horribles...-

-Emma me ha advertido de ese pensamiento. Ya sabía quién erais antes de que me lo contarais.- Confesó.

-¿Qué?-

-No sería un buen ladrón si no reconociera el rostro de la Reina cuando lo viera.-

-...¿y por qué me ayudaste?-

-Estaba claro que no erais esa persona cuando os conocí.- Se sentó en el tronco caído. -Teníais razón, esa persona murió hace tiempo. ¿Me dejareis ayudaros?-

-No puedes, nadie sabe como llegar a Oz.-

-Unos días antes de que llegarais, nos hicimos con una judía mágica que sirve para viajar entre mundos.- Explicó él. -Desafortunadamente la perdimos, uno de los nuestros cruzó el portal y creemos que acabó allí.-

-¿Y no sabéis como recuperarlo?- Se interesó Regina.

-No. Pero tenemos que encontrarle. Podemos unirnos en la búsqueda de un nuevo portal a ese mundo.- Sugirió Robin.

-Por supuesto...- Sonrió.

-¿Nos ayudarás?- Se alegró.

-Claro, ¿como se llama?-

-Era un niño...- Explicó. -Sus padres eran de los nuestros, mi hermano, pero murieron hace años, desde entonces vive con nosotros... Se llama Leo.-

Once Upon A TimeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora