Halloween

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~Unos nueve años antes~

Era un dia como otro cualquiera.
Regina salió tarde de trabajar, bastante tarde.

Tarde para ella solía ser cuando el Sol se ponía o puede que más.

-¿Emily? Ya estoy en casa.- Avisó cerrando la puerta con una mano y tratando de darle vueltas a la llave mientras se le escurria la carpeta llena de hojas. -Te dejo.- Finalizó la llamada con el teléfono que sujetaba entre su cara y su hombro. -¿Emily?-

La carpeta se cayó al suelo abierta y todo se llenó de papeles a la vez que el teléfono se caía y la puerta por fin se cerraba.

-¡Ahg!- Se quejó dando una patada en el suelo que le partió el tacón.

-Prometiste que hoy llegarías antes...- Recordó una Emily de seis años en pijama que asomaba por la puerta. Llevaba el cabello suelto y con tirabuzones.

-Lo siento, no he podido llegar antes...- Se puso a recoger los papeles.

-No importa...- Bajó la mirada. -Supongo que seré la única que no vaya vestida mañana...-

-¿Que? ¡Oh! ¡Cielo se me había olvidado por completo!- Dejó los papeles a un lado y se acercó cojeando con el tacón roto. -Es Halloween...-

-Ya, bueno...- Pareció algo decepcionada. -No pasa nada...-

-Si, si que pasa.- Aseguró la mujer. -Está todo cerrado a estas horas...Podemos robar una tienda, ¿quieres robar una tienda?-

-No, mamá...- Pidió la niña. -No pasa nada, has estado muy ocupada lo sé, sino no te habrías olvidado. Tranquila.-

La alcaldesa suspiró manteniendo las manos sobre los hombros de la niña.
-¿No podrías disfrazarte de algo más normal? No tengo tela suficiente para eso...Además, creí que tu eras un soldado...-

-Si mamá, pero es una fiesta para pretender que somos otra cosa...-

-...ya...- Dudó. -Pero tu ya eres perfecta tal y como eres...no tienes que cambiar...-

La niña sacó una sonrisa. -Todas las madres dicen eso...-

-Si, pero solo una tiene razón...- Insistió. -Sabes...puede que si que tenga algo de tela que pueda servirte...¿Quieres ir de excursión?-

-¿A dónde?- Preguntó con los ojos abiertos como platos.

°°°°°°°°

Regina paró el coche en medio de la nada, como si de una película de terror se tratara.
Estaban en el cementerio.

-Hace frío...-

-Nos daremos prisa.- Abrió la puerta del coche.

Se metieron en la cripta familiar de la morena.

-Espera aquí un segundo, ¿entendido?- Ordenó cerrando la puerta.

-Ajá...- Respondió curioseando los detalles de la pared.

La morena bajó las escaleras.

Emily se dió la vuelta. Sabía que no debía bajar las escaleras, de modo que no lo hizo.

Pero le llamaba la atención ese pilar de cerámica color crema a juego con la pared que había en medio de la sala.

<Henry Mills> leyó. -¿Cuando se vino el abuelo a vivir aquí?-

-¿Qué?- Se extrañó desde abajo.

-¿Por que se vino aquí? Hace frío.- Le pareció de lo más normal. -Yo nunca me vendría a vivir aquí...-

-Y no vas a hacerlo...-

-¿Seguro? Porque aquí sola yo tendría miedo..

-Seguro, Emily...-

Regina siguió rebuscando entre sus cajas del Bosque Encantado.

-¿Rojo o azul?-

-Prefiero rojo...-

Vaya era uno de sus vestidos favoritos.

Regina cogió el vestido y lo metió en su bolso apretado.

-Vamos...- Subió las escaleras.

-¿Podemos llevarnoslo a casa?- Preguntó la niña tumbada sobre la cerámica. -No quiero que se sienta solo...-

-Oh...cielo, no se siente solo.- Explicó. -Está en el cielo...-

-¿Yo me voy a ir al cielo?-

-No.-

-¿Entonces al infierno?-

-¿Que? Pues claro que no.- Siguió. -Tu aún no te has hecho mayor, no te vas a ninguna parte.-

-¿Y porqué se fue el abuelo?-

-...- No podía explicarle la verdad, dioses no. -Porque...- Se sentó a su lado. -Pues...a veces algunas personas nos dejan...-

-Tu no vas a dejarme, ¿verdad?- Dijo seria.

-No, no voy a dejarte nunca.-

-Prometemelo.- Ordenó.

-Te lo prometo...- La cogió en brazos con un brazo y se la llevó al coche.

Esa era su peor pesadilla. Bueno, no. Su peor pesadilla sería que le hicieran daño a la niña, ella bien sabía que en muchos casos la muerte puede ahorrar mucho sufrimiento.
Pero era la pesadilla de cualquier madre, ¿no?

°°°°

Al llegar a casa Regina mandó a Emily a dormir.

Bajó las eacaleras y sacó el vestido rojo. Era largo y hermoso, ceñido y con poca pedrería. Le encantaba ese vestido...

Pasó casi una hora modificandolo con au magia. Más largo, menos ancho, ¿maga corta o larga? Larga, haría frío.

°°°°

-¿Necesitas ayuda?- Preguntó desde el pasillo.

-No, yo puedo.- Respondió la niña dentro del baño.

-¿Dónde he...- Rebuscó en su bolso. -Emily, cielo, ¿has visto...-

La niña salió toda disfrazada, con el vestido rojo y el cabello apartado de la cara. Si, ella tenía su pintalabios, lo había estado usando. Se había hecho hasta la cicatriz del labio derecho superior con el lápiz de ojos castaño.

-¿De qué vas disfrazada..?- Sonrió incrédula.

-De ti.- Dijo como si fuera obvio. -Solo hay una Reina, no me voy a inventar una...-

La morena sonrió con la mano sobre los labios. -Estás muy guapa...-

-Quería parecerme a ti...-

-Oh, pero no tienes que hacerlo.- Aseguró. -No tienes que parecerte a nadie, los demás tienen que parecerse a ti...-

-Ya pero es Halloween.- Rebatió. -Tengo todo el año para ser yo misma y me gusta cambiar.-

-Eso es justo.- Sonrió. -Venga, vamos.-



<<<<Fin flashback>>>>

Siento no haber podido publicar antes he estado muy liada...😅

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