What now?

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Después de buscar a Emma y a Zelena sin encontrar a ninguna, decidieron ir a casa de Regina para buscar alguna poción que les sirviera para encontrar a ambas.

-Los niños están solos en casa.- Dijo Robin. -No es un problema, ¿verdad?-

-Mientras no le prendan fuego a la casa...- Trató de relajar la situación.

En un día habían corrido por un bosque mientras algo los perseguía, habían vuelto a Storybrooke y les habían robado la memoria. Sin olvidar que Emma había sucumbido a la oscuridad.

Regina puso su mano sobre el picaporte de la puerta para abrirla, cuando un rayo de luz hizo que saliera disparada unos tres metros.

-¡Regina!- La ayudó a levantarse. -¿Qué ha sido eso?-

-Es como...una descarga eléctrica...-

-Deja que pruebe...-

-No, espera.- Pero no lo paró a tiempo. Robin entró como si nada.

-¿Qué?-

-¿Las habéis encontrado?- Emily se asomó con Roland agarrado a su pierna como un monito.

-Hace quince minutos que ha perdido la gracia, Rol...- Vino Leo.

-¿Qué es..?- La morena intentó entrar, pero a pesar de que la puerta estaba abierta, esa especie de barrera la echó para atrás.

Roland se soltó asustado y se abrazó a la chica, que lo cogió en brazos y salió afuera.

-¿Mamá?- Fueron hasta su lado. -¿Qué es eso?-

-Ahg...- Parpadeó fuertemente una vez. -Es Emma...-

-¿Emma ha hecho esto?- Se extrañó.

-¿Por qué iba ella a hacer algo así?- Preguntó Robin. -¿Qué puede sacar ella de todo esto?-

Ya había anochecido, de modo que hacía algo de frío.

-Volved dentro.- Pidió.

-¿Qué vas a hacer?-

-Voy a encontrar a Emma.-

-Vamos contigo.-

-No, es de noche y hace frío.- Los paró. -Estaré bien.-

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Tal vez Emma no quería que la encontraran, ni tampoco a toda la gente que había desaparecido, ella tenía algo que ver con eso...

No pudo encontrarla, de modo que decidió ir a pedir ayuda a Mary Margaret. No le hacía particularmente mucha gracia tener que rebajarse a eso, pero tenía que encontrarla.

En el momento en el que puso su mano sobre el pomo de la puerta de la calle, volvió a salir hacia atrás.

-¿Enserio?- Gritó molesta a la nada mientras se sujetaba la muñeca de la mano. -¡Mira como me río, Swan!-

-¿Regina?- Se asomó la mujer por la ventana.

-Genial...-

-¿Qué ocurre?-

-¡Que tu hija quiere que muera a la intemperie!- Dijo irónica esperando que la rubia estuviera escuchandola en alguna parte.

-Espera...- Se metió hacia dentro y cerró la puerta.

Mary apareció allí abajo con la manta de Emma, la amarilla que llevaba su nombre puesto.
-Tal vez con esto puedas encontrarla...- Se la ofreció.

La alcaldesa se extrañó. -¿Quieres que yo, me la quede?-

-Hasta que la encontremos...- Pidió. -Si no puedes entrar a ningún sitio, me imagino que no podrás buscarla en tu espejo...espero que esto baste...-

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