Once Upon A Time

Back home

Emily vivió a casa.

Al día siguiente Angela le hizo una visita a Regina. Había algo de lo que quería hablarle.

-Emily no está aquí.- Dijo Regina. -Está con Lilith.-

-Oh...la hija de Maléfica...- Recordó. -El caso es que quería hablar contigo.-

-¿Conmigo?-

-Solo quería saber si ha sido feliz todo este tiempo.- Pidió la mujer. -No sé prácticamente nada de su vida.-

-¿Y por qué no te quedaste con ella?- Preguntó Regina. -Esque no consigo entenderlo. ¿Qué fue lo que pasó?-

Angela se sentó.
-Fue hace mucho tiempo...yo vivía en un reino maravilloso del que escapé para viajar y ver otros mundos.- Explicó. -Yo nunca quise nada de esto. Un día Maléfica me encontró medio muerta en el bosque y decidió ayudarme.-

-¿La persona que te hizo eso sigue viva?-

-No. De hecho fue una de tus víctimas.- Rió. -El caso es que el día que ella nació yo casi muero. Le pedí que la llevara con Daniel porque con él estaría a salvo. Al parecer algunos habitantes de mí reino me localizaron y me llevaron con ellos, me salvaron la vida, pero no pude encontrarla...-

-Porqué Daniel ya se había mudado...- Pensó Regina.

-Pasé dos vidas buscándola, pero para cuando la encontré ya ha te tenía a ti.-

Regina guardó silencio.

-No quiero que te metas entre nosotras.- Advirtió. -Me hizo prometerle que no te haría nada, pero lo haré si es necesario.-

-¿Me estás amenazando?- Se molestó la alcaldesa.

-Te estoy advirtiendo.- Corrigió la mujer. -Tu decidirás si convertirlo en amemaza.- Se fue.

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Ruby estaba paseando por el bosque cuando encontró algo sospechoso.

Esa mujer, Angela, estaba preparando un hechizo grandioso.

Ruby retrocedió asustada y corrió a la ciudad.

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-Vamos a ir a observar las constelaciones.- Dijo Emily cogiendo su mochila.

-Ahh...- Cambió de opinión. -Diviértete...- Sonrió.

-Adiós.- Se fue.

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-¡Regina!- Llamó Ruby a la puerta. -¡Regina!-

La alcaldesa abrió la puerta de su casa algo molesta.
-¿Qué haces aquí, wolfie?-

-¿Qué?- Se extrañó. -No importa, escucha, es esa mujer, Angela.-

-¿Qué ocurre?-

-La he visto en el bosque haciendo una especie de hechizo, parecía peligroso.- Explicó. -Por la pinta que tenía parecía que quería volver al bosque encantado.-

La mujer la miró extrañada y preocupada.

-¿Crees que quiere volver allí con Emily y dejarnos a todos aquí?-

Regina le tiró a la cara unos polvos amarillentos y la chica pareció olvidar lo que estaba haciendo allí.

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-Vamos, Swan.- La despertó Regina.

-¿Regina?- Se asustó. -¿Como demonios has entrado aquí?-

La mujer la miró como si tuviera que saber de lo que estaba hablando.

-Vale...- Volvió a estirarse Emma.

-Vamos, Swan.- Insistió. -Es importante.-

Emma se puso una taza de café y se sentó en una silla.
-¿Cual es el problema?-

-Es Angela, Ruby la vio en el bosque conjurando un hechizo, probablemente para volver al bosque encantado con Emily.- Explicó. -Ayer me amenazó con que me apartara de ellas y...puede estar tramando algo malo.-

-Bueno, ¿y puede Ruby verificarlo?- Preguntó somnolienta.

-...-

-¿Le borraste la memoria, verdad?-

-Tenía que hacerlo.- Aseguró. -No podía dejar que fuera por ahí dando la voz de alarma. Es cosa nuestra solucionarlo.-

-¿Cosa nuestra? Ni que fuéramos las vengadoras de Storybrook...- Rió distraída. -Me he hecho reír a mi misma...-

-¿Qué?- La miró con una mezcla de confusión y enfado. -¿Pero de qué estás hablando? ¡Hay cosas mas importantes en las que pensar que en estúpidos juegos de palabras, Emma!-

-Relájate...- Pidió. -¿Y no será que quieres volver a tener a Emily solo para ti y te has hecho un lio...? Según tu, la única testigo no puede confirmarlo porque la has hecho olvidarlo, ¿no crees que eso levantará sospechas?-

-...ya veo que no vas a ayudarme.- Se marchó.

-Uhhg...- Se dio con la cabeza contra la mesa del agotamiento que sentía y acabó por quedarse dormida.

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Regina intentó convencerlos de que corrían peligro, pero nadie la creyó. Esta vez devía hacerlo sola.

-Mamá, ¿qué haces aquí?- Se molestó Emily al encontrarla en el bosque. -Se suponía que tenías que recogerme del colegio hace una hora.-

-Lo...lo siento, yo estaba...-

-No importa, yo la he recogido.- Sonrió Angela. -Espero que eso no te moleste.-

-No te hagas la heroína, ¿dónde está la magia del hechizo para volver al bosque encantado?- Preguntó la mujer.

-¿De qué estás hablando?- Se extrañó la joven.

-No tengo ni idea, puede que me confunda con otra persona...- Aseguró Angela.

-Oh, por favor...- Se enfadó. -¿Hasta cuando vas a fingir que no sabes de lo que estoy hablando?-

-Ella no ha hecho nada...- Afirmó la niña. -¿Qué te pasa?-

Al cabo de un rato Regina supo que no tenía nada que hacer en ese momento, no iban a creerla, pensaban que estaba loca o algo parecido.

-No estoy loca... Esto no quedará así, no te la llevarás...- Aseguró desapareciendo en una nube morada.

-¿Llevarme a dónde?- Siguió sin comprender.

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-No lo sé, ya sabes que a veces los malvados hacen cosas como estas...- Dijo Angela.

-No, no tiene sentido.- Aseguró la joven. -Ella no mentiría en algo así, ella me quiere.-

-A lo mejor ese es el problema...- Intentó convencerla. -Tal vez te quiere solo para ella y se inventa estas cosas para alejarnos.-

-¿Tu crees?- Entristeció.

-A veces las personas se equivocan...cometen errores...incluso aquellas a las que amamos lo hacen...-

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Estaba anocheciendo, Angela estaba en medio del bosque conjurando el hechizo.

-Te he visto, se acabó.- Apareció Regina.

-¿Y quién va a creerte?- Rió. -Ni siquiera Emily lo hace...-

Angela explicó que para acabar el hechizo solo le hacía falta una cosa más, y que ella iba a darselo.
Acto seguido roció polvos rosados sobre la mujer y esta cayó al suelo dormida.

Una potente luz morada se abrió paso hasta el cielo y se abrió un socavón en el suelo.

-¡Lo sabía!- Apareció Emily. -¿Cómo has podido?-