Once Upon A Time

Where have gone happy endings?

Todo parecía ir bien, solo tenían que escapar por la noche para que nadie los viera.

Regina volvió a su casa para no levantar sospecha y cenó junto a sus padres.

-Bueno, dime hija, ¿por qué estás tan distraída esta noche?- Preguntó Cora.

-Yo...no estoy distraída, madre, es solo que...-

-Estás nerviosa por tu boda con el rey.- Continuó su madre. -Te preocupa no estar a su altura.-

-Claro que no, madre, es solo que todo esto me abruma. ¿No estaremos precipitandonos?-

-¡Por supuesto que no! No digas tonterías.-

Al acabar la cena, Regina fingió dormir en su cama hasta que creyó que sus padres ya estaban dormidos.

-Bueno, Blanca, dime, tu te llevas bien con mi hija.- Le dijo Cora a Blancanieves. -¿Sabes por qué se aleja de mí?-

-No, lo siento, si supiera algo os lo diría.- Mintió la niña.

-Verás, me parece que no está muy contenta con todo lo de la boda, y me preguntaba si a ti te había dicho algo.-

-¿Por qué iba a hacerlo?- Preguntó.

-A mi ya no me cuenta nada, es como si no me quisiera...a veces pienso que ya no me necesita.-

-Claro que no, vuestra hija os quiere, lo sé.-

-Temo que cometa alguna locura y me deje, no quisiera perder a mí hija, tu sabrás mejor que nadie lo que es perder a una madre...- La manipuló Cora.

-¿Lo que queréis es que vuestra hija sea feliz?- Pareció comenzar a ceder.

-Pues claro...es todo cuanto deseo. Me da la impresión de que hay algo que no te atreves a contarme... Puedes confiar en mi.-

Blancanieves era inocente y no sospechó de Cora, sabía lo que era perder a una madre, y no quería que le pasara lo mismo a Regina.

-Regina no ama a mí padre.- Confesó la niña.

-¿No?-

-No, ella ama al palafrenero.-

-¿Estás segura?-

-Si, lo estoy. Además esta noche van a fugarse, quedaron en el establo. ¿La ayudareis, verdad?-

-Pues claro que si.- Aseguró Cora.
-Solo quiero que ella sea feliz. Lo has hecho muy bien, todo se arreglará.-

-Daniel.- Lo buscó Regina.

-Regina...- Él la abrazó. -Vámonos.-

-Si.-

-Vaya...veo que no pensabas contarme esto...- Cora apareció.

-¿Madre?- Se asustó. -¿Qué hacéis aqui?-

-Podría hacerte la misma pregunta.-

-Madre...ya sabéis que no amo al rey, no podéis obligarme a casarme con él.-

-¿Y qué es esto?- Preguntó enfadada.
-¿Qué haces con el palafrenero?-

-Yo le amo, madre. Y si me queréis debéis aceptarme tal y como soy.-

-¿Y no hay nada que yo pueda decir o hacer para hacerte cambiar de opinión?- Preguntó Cora.

-No, lo siento madre.- Afirmó Regina.

Cora respiró profundamente bajo las telas del largo vestido negro.

-Pues entonces adelante.-

-¿Qué?- Regina se sintió confusa.