Once Upon A Time

I've lost love before...

Llevaron a Robin hasta una habitación que les dejaron y lo pusieron sobre la mesa.

-Te vas a poner bien...- Aseguró la morena sujetando su mano.
Intentó curarlo con su magia, pero no funcionó.

-¿Qué ocurre?- Se sorprendió Emma.

-No funciona...- Se alteró. -Esa espada estaba hechizada, para matarme a mi...no puedo curarle...pero puede que tu si.-

-¿Qué?- Negó Mary Margaret.

-No importa, yo puedo hacerlo.- Intentó Zelena pero tampoco pudo. -No funciona, compartimos la sangre...-

-Yo lo haré.- Se acercó la niña.

-No.- Impidió su madre. -Tu luchas contra dos hechizos, no puedo permitir que lo hagas.-

-No puedes impedirmelo...- Volvió a intentar acercarse.

-No, Emily.- La paró la rubia. -Tiene razón, es demasiado arriesgado.-

-Emma...- Intentó persuadirla Blanca.

-Swan...he perdido amor en el pasado, y no volveré a hacerlo...- Pidió. -Podría usar la daga y lo sabes, pero no lo hago, te lo suplico...-

-...Está bien...- Se acercó.

-Emma...- Dijo Killian.

-Puedo hacerlo...- Aseguró.

-No creo que estés preparada, querida.- Vio a Rumplestiltskin en la silla. -No podréis vencer la oscuridad de vuestro corazón.-

-Si podré.- Respondió segura.

-¿Emma?- Se extrañó Garfio.

-Me temo que no es tan fácil...- Siguió el hombre. -Toda la magia conlleva un precio.-

-Puedo pagarlo.-

-¿Con quien hablas?- Se preocupó la morena. -¿Qué está pasando?-

-Emma, los consejos pueden ser certeros...- Advirtió la niña.

-¿Tu también lo ves?-

-Emma...-

-No, yo puedo con esto.- Siguió.

-Pero tu no has de pagar el precio.- Explicó. -Ella es la que ha pedido el uso de...-

-Yo lo pagaré.- Puso sus manos sobre la herida del hombre y lo sanó.

-Regina...- Se incorporó.
-Robin...- Lo abrazó.

Emma salió de allí con algo de prisa.

-No.- David paró a Garfio. -Necesita estar sola.-

°°°°°

-Ahg...- Emma se llevó la mano al estómago y se apoyó con un brazo sobre la pared de ladrillos de la escalera de caracol. Siguió caminando con una respiración agitada.

-¿Emma?- Emily fue tras ella y la buscó. -¿Emma?-

La mujer comenzó a escucharla y aligeró el paso.

Salió al exterior a pesar del fío que hacía. Se apoyó contra la barandilla y eso fue lo que permitió a la niña alcanzarla.

-Emma, ¿estás bien?- Preguntó.

La rubia asintió doblegandose.
La chica la sujetó y se sentaron al borde del mirador.

-¿Por qué has hecho eso?- Se interesó. -Sabes que igualmente ellos tendrán que pagar por la magia.-

-Pero no el precio entero.- Se quejó.

-¿Qué te pasa?-

-No lo sé...- Se apretó el abdomen.