Once Upon A Time

I can save you

-Camelot.-

Yo puedo llevarnos de vuelta a casa.- Interrumpió Emma.

-¡No!- La paró Regina.

-Si. Pero necesito un corazón...-

-¿Como el hechizo de Regina?- Pensó David. -Si es la única solución...-

-Pero Emma...- Advirtió su madre. -¿El corazón de lo que más amas?-

-Siento discrepar con vuestro plan.- Se entrometió Killian.

-No, tu no.- Miró a los reyes de Oz.

-Está bien...- Sollozó Zelena. -Usa el mío...-

-¡Emma!- Siguió Regina.

-No, está enferma, es su corazón lo que la está matando. Lo usaremos.- Dijo la rubia. -Pero...-

-¿Pero?- David se entrometió.

-Hay un modo de evitar que ambos murais...- Aseguró. -Will, tu cuerpo te mata pero tu corazón aún está sano...Zelena, a ti te mata tu corazón...-

-Veo por donde vas Emma...- La paró la pelirroja casi en un suspiro. -No...-

-Si.- Contradijo el Mago.

-No...-

-Zelena, si.- Pidió. -Te quedarás con mi corazón...-

-Morirás, no merecerá la pena si yo salgo de esta...-

-Mira a tu alrededor...la gente te necesita...Oz te necesita...-

-Oz te necesita a ti.-

-Te dije hace mucho, que tu debías ser su reina, yo no estoy hecho para ello...- Recordó Will. -Por supuesto que vamos a hacerlo...-

-No...- Susurró mientras Emma arrancaba el corazón de ambos. -Para...no...-

-No me recordarán, no construimos grandes monumentos, ni instaurado grandes...- Explicó Will. -Por eso tienes que volver a casa, porque siempre que expliques nuestra historia, yo estaré allí...Yo era un simple mago de feria, tu me trajiste luz...-

-Tu fuiste el rey que...no gobernó para si mismo, sino para su pueblo...- Argumentó. -Claro que van a...recordarte...-

Emma metió el corazón en el tronco hueco de un árbol que usó a modo de puchero.

-No, ¿pero que os pasa?- Insistió la pelirroja. -Sois héroes...-

-No...para...- Pidió Will agarrando sus manos. -Tienes que dejarme...ir...-

-No...no estoy lista...-

-Tu corazón...- Emma metió en Zelena el corazón del Mago. -No hay otra solución...-

-Ahh...- Se quejó de dolor. -No...-

-Ahg...- Will apretó su mano.

-Will...¡Will!- Fue recuperando fuerzas. -¡No! ¿Me oyes? ¡No!-

Emma se apartó.

-¿Pero que has hecho?- Se volvió Zelena. -¡Will!- Agarró su cara.

-No te...preocupes...- Susurró el Mago. -Ahora estaré en paz...-

-¡No! ¡No puedes dejarme así! ¡Emma!-

-¿No es ese Arturo?- Se fijó David.

-Si, lo es...- Siguió Mary Margaret. -Emma...¿no dijisteis que Arturo nos esperaría al otro lado?-