Capítulo 14: Rota.

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El trato era éste: Owen me daría acceso ilimitado al Valhalla y a sus amigos, siempre y cuando le permitiera conocerme por el tiempo que durara la redacción del artículo, nos veríamos los lunes, miércoles y viernes de cada semana durante cuatro semanas, lo que era el tiempo máximo que tenía para terminar lo que ahora planeaba convertir en revista. El concurso sería al terminar las vacaciones, pero yo pensaba terminarlo mucho antes. 

Él me prometió que después de la sesión numero doce no volvería a verlo, lo que me pareció un buen arreglo. Él no me buscaría o insistiría, y yo me vería liberada de él. No quería ser grosera o arrogante, y tampoco lo quería lejos de mí o algo parecido, es sólo que era lo mejor para todos. 

Yo no podía crear lazos con el casanova.

Al menos ahora tienes el permiso de los propietarios, no debe resultar un gran problema de ello —dijo Jesse la noche del día siguiente, en cuanto le conté todo. Bueno, todo, excepto mis tratos y encuentros con Owen—. Me gustaría poder ayudarte, lo siento, Kaa.

—No te preocupes, ya me encargaré yo, disfruta del campamento. ¿Cómo va todo por allá? —Había puesto el altavoz, y me encontraba acostada boca arriba sobre mi cama.

Todo va de maravilla por acá... ¿Estás bien? Siento que hay algo que no me estás diciendo. —Suspiré.

—No pasa nada, es sólo que ésta situación arruina mis pacíficas expectativas de las vacaciones. —Él rompió a reír. 

Claro Kahli, como si rezaras por unas vacaciones tranquilas y aburridas... En cualquier caso, te tengo buenas noticias

—¿Qué ocurre? —Me escuché preguntar mientras miraba el techo.

Me han cambiado de una pequeña cabaña a una suite de lujo, tiene conexión satelital y toda la cosa, el punto es que ahora podremos hablar todos los días. —Se escuchaba muy feliz.

—¿De verdad? ¿Con los chicos?

Nop, la tengo sólo para mí. —Suspiró.

—Vaya, ¿puedo preguntar, por qué?

Resulta que descubrí al director del campamento besándose con el tío que pule la pista antes de los partidos, y ofreció prestarme sus aposentos a cambio de que no dijera nada. —Reímos—. También podremos hablar con más privacidad ahora.

—¿Te refieres a hablar sin que Josh se ponga a gritar? —Pregunté divertida.

Exactamente. —Se echó a reír—. Ahora debo dormir, mañana debo estar en el hielo muy temprano. ¿Te llamo a las seis? —Pensé en que mañana sería la primera vez que quedaría con Owen, y no sabía a que hora regresaría a casa.

—Ehm, no sé si estaré en casa a esa hora. —Le dije nerviosa.

¿No? ¿En dónde estarás? —Preguntó extrañado. Era muy raro que yo saliera si no era para estar con los Geckos.

—Mmmm no estoy muy segura, ¿te parece si mejor hablamos a las diez?

¿A las diez? Jamás estás fuera después de las ocho, ¿qué pasa Kaa? —Juraría que en donde quiera que estuviera, estaba frunciendo el ceño. Bufé.

—Oye, no me hables como si tuviera diez años, creía que podía salir de casa sin tener que pedirles permiso para ello.

¿Qué? ¿Por qué me hablas así, Kahli? sabes que no me refería a eso, no tienes que pedirle permiso a nadie. ¿Qué pasa contigo? —¿Qué rayos me pasaba?

Geckos y VikingosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora