Jesse - Capítulo 5: Territorial.

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-¡Vaya! ¿Quién lo hubiera dicho? Es decir, siempre bromeamos con el tema, pero sinceramente jamás hubiera imaginado que las cosas cambiarían tanto en tan poco tiempo. ¿Te devolvió el beso? -Preguntó un muy sorprendido Dann. Hice una mueca.

-No. De hecho se molestó mucho.

-Era de esperarse, lo que me sorprende es que no haya intentado golpearte. -Sonreí.

-Lo sé. Pero eso es algo bueno, significa que no estoy completamente loco y que ella también siente algo por mí. Venga, estamos hablando de Kahli, nadie dijo que sería fácil. -Nos encontrábamos recargados en el cofre de mi auto. Habíamos salido un momento de la pista después de ponernos los uniformes para hablar y relajarnos un poco. Aproveché la oportunidad para poner a Dann al tanto de la situación con Kaa. Él me había mostrado su apoyo al instante.

-No, no será nada fácil. Y menos con sus nuevas amistades rondando cerca. Sabes lo de los vikingos, ¿no es así? -Asentí.

-En parte por eso quería hablar contigo. Me sorprendió demasiado ver que, en cuanto regreso, ella esta rodeada de tiburones que le sonríen. Te aseguro que eso era lo que menos esperaba.

-Lo sé. A mí también me sorprendió el rumbo que tomaron las cosas, sobre todo, el rollo con el jefe vikingo. -Fruncí el ceño.

-¿Qué fue lo que pasó, Dann? ¿Quién es este tipo? ¿Qué es lo que quiere? -Mi amigo suspiró.

-La verdad, no estoy seguro. Kahli se ha mantenido muy distante conmigo desde que lo conoció. Cualquiera diría que lo de la revista fue una mera excusa para que se conocieran. Ahora pasa todo el tiempo en el Valhalla, y cuando no lo hace, se la pasa vagando por la ciudad con él. Ella no ha faltado a ningún partido, pero... -Noté como dejaba la frase en el aire, sin intenciones de continuar.

-Pero, ¿qué, Dann? -Noté su incomodidad.

-Pero, el otro día lo llevó a la pista. -Me giré para mirarlo. Esto debía ser una broma.- A la pequeña. -Especificó. Me importaba poco a que pista lo hubiera llevado, el tipo había entrado en mi territorio. Gruñí.

-¿Qué? -No podía creerlo. ¿En verdad estaban tan unidos? Kahli nunca había llevado a nadie a un partido, salvo a Gerry.

-Eso no es nada, el tipo llegó tomando a Gerry de la mano. -Sentí la ira subir a mi cabeza. Esto era demasiado-. No podía creer que Gerry pareciera estar tan feliz con un desconocido, a Josh y a mí siempre nos muerde. En fin, el tal Owen se quedó a verla jugar y en cuanto el partido terminó, se fueron en su auto. Yo quise ir con Kahli y Gerry por una hamburguesa, pero ella rehusó. Al parecer tenía planes con él. Creo que el chico va en serio.

-Yo también voy en serio, Dann. -Aseguré. No le expliqué a Dann que me encontraba dolido porque Kahli me había mentido. "Lo encontramos después del partido y se unió a nosotros" Esas fueron sus palabras. Esto ya era un asunto personal.

-Pues entonces debes jugar bien tus cartas. Kahli parece bastante entusiasmada con el vikingo, creo que en verdad le interesa, y ella nunca se había interesado en ningún chico desde que la conozco.

-Eso está por verse. Daré lo mejor de mí, Dann. -Suspiré-. La quiero. -Confesé mirando el suelo. Él se plantó frente a mí, me tendió la mano y me sonrió.

-Lo sé. Tienes todo mi apoyo, hermano. -Tomé su mano y palmeé su hombro-. Ahora que estás aquí, las cosas serán diferentes. Ella te extrañó, de eso estoy muy seguro, todo el tiempo habla de ti, y los comentaristas se la pasan recordando a los Geckos a cada momento.

Esta liga era semi-profesional y las cosas eran bastante diferentes a cuando jugábamos sólo por diversión. Éstas eran las grandes ligas, así que la pista era la mejor de la ciudad y cada partido era televisado. Nosotros eramos bastante buenos, y por lo tanto, muy conocidos. Habíamos ganado cierta reputación, y no era extraño que hablaran frecuentemente de nosotros.

-Estoy en mi elemento, y ayuda bastante el hecho de que todos piensen que estamos destinados a estar juntos. Ésta será una gran noche. El rey ha regresado. -Sonreí con suficiencia, pero mi sonrisa desapareció en cuanto Dann hizo una mueca.

-Pues veamos que dicen todos cuando se corra el rumor de que la reina acaba de llegar al castillo del brazo de otro caballero. -Me giré con el ceño fruncido, justo a tiempo para ver cómo el vikingo abría la puerta de su Ferrari para que Kaa saliera del auto. Me eché a reír. Dann me miró como si me hubiera vuelto loco-. ¿Jesse? ¿Eso no debería preocuparte? -Negué con la cabeza, divertido.

-No, amigo mío. Es él quien debería estar preocupado. Como te dije, estoy en mi elemento, y él, en mi territorio. Esto va a salir de maravilla. -Dann tardó un momento en comprender, pero en cuanto lo hizo, sonrió.

-Cierto. Veamos de qué está hecho. -Asentí y lo insté a seguirme.

Geckos y VikingosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora