Hanna - Capítulo 2: Crush.

1.2K 191 16
                                    

Podía escuchar la voz de Kahli y de los Geckos escaleras abajo. Sonreí, en un día cualquiera hubiera hecho un par de apariciones por la cocina sólo para poder ver a Josh, pero ahora no tenía ganas ni de moverme. Me había dado una ducha y me encontraba buscando algo cómodo para poder dormir, tomé un par de shorts y una playera de tirantes con un pony en el frente. Me senté en el borde de la cama y comencé a cepillar mi cabello, estaba tan sumida en mis pensamientos, que di un respingo cuando tocaron a mi puerta. Sonreí, esperando que fuera mi hermana, y no mamá. Solía darnos las buenas noches, pero usualmente era demasiado parlanchina, y hoy no quería quedarme despierta hasta tarde. Me levanté a abrir la puerta con una sonrisa cansada, pero casi me da un infarto al ver a un pelirrojo detrás de ella.

-Hola. -Sonrió, deslumbrándome.

-¿Josh? -Pregunté anonadada.

-Espero no haberte despertado. -Llevó una mano detrás de su cabeza y sonrió-. Tengo pizza. Sobró demasiada, y quise traerte un poco. ¿Tienes hambre? - Lo miré con la boca abierta, y después al plato que sostenía.

Repasemos: Josh es el amigo súper sexy de Kahli. Un jugador semi-profesional de Hockey sobre hielo, y uno de los chicos más populares del instituto de Kahl. Me gustó desde la primera vez que lo vi. ¡Y es que era jodidamente atractivo! Una bomba de sensualidad andante. Las cosas no hubieran pasado de eso, de un simple crush, si no hubiera sido uno de los mejores amigos de mi hermana, pero en cuanto apareció en su vida, cambió la mía. Con lo poco que había conocido al pelirrojo, me había dado cuenta de que era el chico perfecto para mí. Era guapo, sí, pero eso era lo de menos, Josh era completamente adorable, era gracioso, tierno, carismático, amable, y un completo caballero. ¿Cómo no iba a enamorarme de él? Si bien, siempre fue de lo más amable conmigo, las cosas nunca pasaron de simple cortesía. A pesar de que había mostrado en repetidas ocasiones mi interés por él, nunca pareció siquiera notar mi existencia, para él sólo era la chica que lo recibía cuando venía a ver a su hermana. Desistí en mis intentos por conquistarlo en cuanto me di cuenta de que no causaba nada en él. Yo solía ser muy popular con los chicos, pero jamás nadie llamó mi atención como Josh aún lo hacía, porque, aunque me obligara a no hacerlo, aún suspiraba como una estúpida con siquiera pensar en él.

Ni en mis mejores sueños húmedos lo hubiera imaginado tocando a mi puerta.

-¿Hanna? -Salí de mi trance al escuchar su profunda voz. Sacudí la cabeza rápidamente.

-Perdona. Muchas gracias. -Le sonreí al tomar el plato que me ofrecía. En ese momento, recordé que mis ojos estaban rojos e hinchados y deseé que me tragara la tierra-. Emmm, ¿quieres pasar? -Ofrecí por mera cortesía.

-Seguro. -Y medio segundo después, estaba en mi habitación. ¿Acaso este era el fin del mundo?-. ¿Pasa algo? -Me miró curioso-. ¿Te interrumpí o algo parecido? -Negué.

-No, no, para nada. -Aseguré.

-¿Estás bien? -Se preocupó. Asentí.

-Sí, yo... Me preparaba para dormir, lo siento. -Me disculpé señalando mi pijama, completamente avergonzada.

-¿Siempre duermes así de guapa? -Me sonrojé al instante, y comencé a hiperventilar. ¡JOSH McKENNA ESTABA COQUETEANDO CONMIGO! Él se echó a reír-. Nunca te había visto tan tímida. -Por supuesto que no, jamás me había dirigido la palabra si no era necesario, ¿cómo podía saber que esto pasaría? Me sentía como una niña de secundaría-. Siento haberte importunado, Kahli dijo que habías tenido un día difícil. -Explicó. Nota mental: Amar a mi hermana por el resto de mi vida, y siempre estar preparada para cualquier encuentro parecido-. Quizá deba dejarte descansar. -Hizo ademán de irse.

-¡No! No pasa nada, agradezco el gesto, eres muy dulce. -Dije con ternura-. Es sólo que no esperaba esto. Gracias, Josh. -Él hizo una mueca.

-No debería sorprenderte, suelo ser un amor de persona. -Reí-. Pero parece que debo borrar la mala imagen que tienes de mí. -Ahí estaba mi oportunidad... ¡Y Por supuesto que no iba a dejarla pasar!

-¿Y cómo harás eso? -Cuestioné divertida. Mierda, la verdad era que estaba muy nerviosa, esperaba no ponerme a sudar como un cerdo.

-¿Estás confirmando que tienes una mala opinión de mí? -Se fingió ofendido. ¡Dios! Iba a morir de un paro cardíaco.

-No, no es así. -Aclaré rápidamente.

-En ese caso, debo actuar pronto. ¿Qué te parece si arreglamos eso con una película? -Juro que en ese instante mojé mis pantalones, o lo hubiera hecho si estuviera usando pantalones. ¡Estaba invitándome a salir!

-Mmmm no lo sé. -Fingí pensarlo.

-¡Oh, vamos princesa! Tú puedes elegirla. -Ofreció. Usualmente solía molestarme cuando me llamaban princesa, y toleraba que Jesse lo hiciera, pero que el chico que me gustaba desde hace años me lo dijera, sinceramente me derritió.

-De acuerdo. -Sonreí. Josh se acercó peligrosamente y acarició mi mejilla con su pulgar. ¡SANTO JIMMY CHOO!*

-Eres más linda cuando sonríes. -Me sonrojé.

-Gracias, suelen decírmelo. -Él se echó a reír.

-Apuesto que no suelen decirte que los ponys te van muy bien. -Me guiñó un ojo. Solté una carcajada-. Touché. -Ronroneó, frenando mi risa de golpe y haciéndome suspirar-. ¿Te llamo, entonces? -Asentí, demasiado cohibida para decir algo-. Supongo que en ese caso, nos veremos después. -Me sonrió y fue a la puerta.

-Claro. Yo... Emmm... Gracias por la comida. -Levanté el plato con la pizza, que por estas alturas debía estar congelada, odiaba la pizza fría, y aún así, la comería con gusto. Él me guiñó un ojo.

-Descansa, Hanna.

-Adiós. -Me despedí con un gesto. Cerró la puerta detrás de él al salir, esperé unos segundos y solté un grito de pura emoción. Grito que frené al escucharlo reír detrás de la puerta-. ¡Josh! -Me quejé sonrojada, lo que lo hizo reír más. A pesar de que no podía verme, no pude evitar cubrir mi rostro con mis manos. Esperé a que estuviera en la planta baja para lanzarme a mi cama entre risas y suspiros.

Geckos y VikingosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora