-No -respondí con una sonrisa. Él me miró expectante-. ¿Qué?
-Entonces, ¿quién fue?
-Esa es otra pregunta. -Le sonreí de nuevo. Levantó una ceja retándome-. Mi turno. ¿Cuantas novias has tenido en toda tu vida? -Sus ojos casi se salieron de sus órbitas.
-No sé si eres bastante directa, o bastante buena en este juego. -Me encogí de hombros-. La verdad no lo sé, si contáramos las que he tenido en toda mi vida deberían contar las del jardín de niños y otras por el estilo, y no creo que quieras saber eso, así que te daré la oportunidad de replantear esa pregunta.
-Está bien, desde que no eres un niño pequeño, ¿cuantas relaciones serias has tenido?
-Dos -contestó sin vacilar. Lo miré irónica.
-Recuerda que debes contestar con la verdad -reclamé.
-Te doy mi palabra, es la verdad -dijo entre risas. Asentí no del todo convencida-. Mi turno. ¿Quién fue tu primer novio? -Solté una carcajada. Me miró extrañado-. ¿En dónde está la gracia?
-En los recuerdos -aseguré-. También puedes replantear esa pregunta -ofrecí.
-No, quiero saber quien fue el primer novio que tuviste, incluso si fue cuando tenías dos años, y quiero detalles. -Me sonrió.
-Fue a los siete creo, no recuerdo muy bien, pero sé que mi primer novio fue un compañero de la escuela -conté.
- Y, ¿eso es gracioso? -Se confundió.
-Vale, te contaré. Nos volvimos novios porque su mamá así lo quiso. Fue sumamente raro, apareció un día después de clases, me vio y me dijo que nunca había visto una niña tan tierna, llamó a su hijo, al que por cierto apenas y conocía, y le dijo que debía ser su novia. Lo presionó tanto que el niño terminó llorando y yo le dije que sería su novia si dejaba de llorar. -Owen rompió a reír-. Su mamá incluso nos tomó una foto ese día.
-Apuesto a que fuiste una niña muy tierna. Es tu turno -dijo aún riendo.
-¿Hace cuanto tiempo terminó tu última relación seria? -Él hizo una mueca y guardó silencio-. No puedes omitir preguntas. -Le recordé.
-Es una pregunta ambigua pero supongo que te refieres a cuando terminó oficialmente, ¿no? -Asentí. Llegamos a la bahía y nos sentamos en una de las grandes bancas de piedra.
-¿Cuándo fue?
-El primer día que hablamos -contestó sin mirarme. ¿Qué?
-¿Hablamos? ¿Tú y yo?
-Oficialmente, sí. -Seguía sin mirarme a los ojos. Al parecer esta pregunta le había afectado, quizá aún estuviera enamorado de aquella chica.
-¿A qué te refieres con "oficialmente"? -Levantó la vista y me miró con pena. Joder. esto no era bueno.
-A que en realidad terminó mucho antes, por falta de interés -explicó mirando las tranquilas olas.
-¿De tu parte o la suya?
-Ambas, en realidad, hacia el final nos veíamos muy poco y cuando lo hacíamos era por compromiso. A pesar de eso, no fue nada fácil decir adiós. -Vaya, no esperaba eso.
-¿Cuánto tiempo estuvieron juntos? -Pregunté.
-Poco más de dos años -dijo mirándome de nuevo.
-¿Aún la quieres? -Pregunté indiscretamente. Él rió.
-Estas haciendo muchas preguntas, creo que no entendiste la mecánica del juego -reclamó tocando la punta de mi nariz.
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Geckos y Vikingos
RomanceElla en el mundo del hockey y él, dueño de un exitoso bar. Kahli pasa el tiempo rodeada de chicos y siendo la líder de su equipo de hockey, los "Geckos", hasta que conoce al jefe vikingo, quién de alguna forma la obliga a mostrarse como realmente...