Hanna - Capítulo 1: Dolor.

1.4K 189 6
                                    

Miraba mi celular, no pude evitar esbozar una ligera sonrisa. Josh había regresado. Eso publicaba Jesse, había subido una foto con los Geckos en Loui's. Suspiré, en otras circunstancias eso me habría puesto eufórica. Necesitaba comprar ropa nueva, en caso de que mi hermana lo llevara a la casa en los siguientes días. Ese pensamiento se desvaneció un segundo después. 

A pesar de que intentaba distraerme, no lo conseguí durante mucho tiempo. Guardé mi teléfono y fijé la vista en mis manos, sobre mi regazo, esto era patético, me comportaba como una niña de cinco años.

-¿Hanna? -Di un respingo, e intenté calmar los acelerados latidos de mi corazón. El auto bajó la velocidad, y se acercó lentamente a la orilla de la carretera. Mi respiración se agitó, esto no era parte del plan. "No te hará daño, confía en Kahli", me recordé. Él había prometido llevarme a salvo a buscar a Gerry, y después a casa-. Hanna, ¿estás bien? -Asentí rápidamente, evitando mirarlo-. Hanna, mírame. -Lo hice, con una sonrisa apenas visible, cualquiera habría jurado que era una expresión genuina, pero las lágrimas amenazaban por saltar de mis ojos.

-¿Sí? -Él me miró, y los vellos de mi nuca se erizaron con la simple visión de sus orbes azules.

-Lo siento. -Asentí, tragándome el nudo que se acababa de formar en mi garganta.

-Te creo, no tienes que repetirlo. Kahli... Ella no tanto, pero estoy segura de que agradece que hayas regresado, al menos para reparar lo que se había roto entre nosotras. -Negó con la cabeza.

-No, yo... Hablaba de... algo diferente. -Bajé la vista. Sabía de que hablaba, pero a pesar de que le prometimos a Marcus escucharlo, no quería hacerlo-. Cuando todo terminó, cuando Kay puso la orden de restricción... -Di un respingo al escuchar el viejo apodo cariñoso que él le había puesto a Kahli. Me dolió, me dolió porque él siempre lo dijo de la misma manera, con adoración y cariño, casi con devoción-. Lo siento. Sé que fui aún más lejos de la estupidez, por tratarte de esa manera. -Me encontré llorando, por decimosexta vez en el día-. Perdóname, Hanna, estaba desesperado.

...

-¡Ella no quiere verme! -Rugió. Estaba hecho una furia, caminaba de un lado para otro, las lágrimas corrían por su mejillas, y me rompía el corazón verlo así.

-Lysh, no arreglas nada poniéndote así. -Me limpié las lágrimas-. Ella tampoco quiere verme, ¡y soy su hermana, maldita sea! -Abracé mis piernas-. ¿Por qué me hiciste esto? -Gemí-. ¿Sabías que ella era mi hermana?

-¡Por supuesto que no lo sabía, estúpida! ¡Jamás me hubiera acercado a ti de haberlo sabido! -Sentí como si me hubiera abofeteado, y la ira y el dolor llegaron por oleadas.

-¡Eres un hijo de puta! ¡Yo te amaba, Lyschko! ¡Te amaba!... ¡Aún te amo, imbécil! Y pensé que tú me amabas... -Terminé con un sollozo.

-¿Amarte? ¡Yo sólo amo a Kahli! ¿¡Cómo se te ocurrió que yo podría amarte a ti teniéndola a ella!? ¡No puedo vivir sin ella! -Grité. Grité de desesperación, de dolor, de ira.

-¡Entonces muérete! ¡Lo hubieras pensado mejor antes de engañarla! ¡De engañarnos!

...

-Lo sé. Yo no debí haberlo permitido. Todos cometimos errores en esa época. -Susurré.

...

-Por favor, Hanna, tengo que hablar con ella. Debes ayudarme, por favor. -Su voz se escuchaba cargada de sufrimiento, aún a través del teléfono.

-No puedo, no me hagas esto Lysh. -Gemí. Estaba sentada en la esquina de mi habitación, bañada en lágrimas. Abracé mis rodillas con fuerza, y colgué. Pasé todo el día en el mismo sitio, liberando mi pena en lágrimas.

Geckos y VikingosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora