Capítulo 23: Aceptación.

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Estábamos en el auto de Tommy de camino a casa, bueno, de camino hacia mi casa. Después de que todos estuvimos limpios y secos, cenamos juntos. Owen pareció asimilar la información y se relajó visiblemente, Alissa estaba encantada de tenernos ahí a los dos, y terminada la cena, Tommy se ofreció a llevarnos a casa a Owen y a mí. Podía notar la incomodidad de Owen cuando hablábamos, pero no parecía molesto y conversamos todo el recorrido. Al llegar, los invité a entrar, pero Tommy se negó argumentando que no quería dejar a su esposa sola mucho tiempo. Le agradecí y bajé del auto dispuesta a entrar a casa, cuando Owen bajó detrás de mí.

-Vamos, te acompañaré a la puerta. -Asentí y sonreí-. Una noche agitada, ¿no?

-Bastante, diría yo. ¿Cómo iba a imaginar que un chico tan gruñón e impetuoso fuera hijo de personas tan amables? -Él me miró mal, pero enseguida ambos reímos.

-Yo sí hubiera podido imaginarlo. -Me dijo-. Tu mamá es muy bella, debí imaginar que su hija sería aún más hermosa. -Lo miré como boba.

-Te refieres a Hanna, ¿no? -Le pregunté en broma.

-¿Quién carajos es Hanna? -Respondió con una gran sonrisa, y por muy tonto que suene, nunca me habían dicho nada mejor. Por un momento, me dieron ganas de abrazarlo. 

-No tengo idea. -Le seguí el juego. Él tomó un mechón de cabello que caía sobre mi cara, y lo puso detrás de mi oreja, no protesté y sonreí.

-Eres hermosa Kahli. Quien prefiera a Hanna sobre ti, debe ser un completo imbécil. Sin ofender a Hanna, claro. -Reí-. Si no fuera porque mi papá nos está observando, y porque ya tardé demasiado, intentaría besarte. -Me sonrojé violentamente, bueno, ya era bastante raro que no hubiera pasado en toda la tarde.

-Agradece a Tommy de mi parte, por estar aquí, entonces. -Intenté sonar molesta pero sólo logré parecer insegura-. Buenas noches, Owen.

-Buenas noches, Kahl. -Se despidió y entré a casa. Los observé alejarse por la ventana con el pulso agitado.

-Hola, cariño, ¿está todo en orden? -Me giré para mirar a mi madre, quien me sonreía.

-Si mamá. Alissa y Tommy te mandan saludos.

-Lo sé, hablé por teléfono con Alissa hace poco. -Me miró expectante. Al parecer esperaba que dijera algo, pero realmente no sabía a que se refería. 

-¿Pasa algo, mamá? -pregunté.

-También hablé con Jesse, y Dann vino esta tarde. -No sabía por qué, pero no me gustaba hacia donde iba esta conversación.

-Llamaré a Jesse mañana, y tengo partido por la tarde, así que veré a Dann. -Mamá levantó una ceja. Demonios, ésto era muy incómodo-. Venga mamá, suéltalo.

-Últimamente sales mucho y llegas tarde, Kahli -explicó.

-Lo siento, no quise preocuparte, pensé que no habría problema por ser vacaciones. -No sabía qué rayos pasaba. Esto era muy raro, siempre vagaba con los geckos por todos lados, nunca había sido un problema, y así se lo dije-. Nunca pareció molestarte cuando salía con los chicos. -Me excusé confundida.

-No cariño, no es eso. No me molesta que disfrutes tus vacaciones, eres una chica responsable y sé que puedes cuidarte por ti misma, no es eso. -Me miró curiosa-. Es sólo que últimamente parece que te has alejado de tus amigos. Sé que los Geckos están lejos, pero esperaba que pasaras las tardes pegada al teléfono esperando sus llamadas, o que no te despegaras de Dann para nada, y ahora resulta que no has atendido las llamadas de los chicos en varios días y que Dann no tiene idea de en dónde estás. Ésta no es la primera vez que viene a buscarte y tú no estás. Para serte sincera, estaba muy preocupada por ti, quería saber en que andabas metida, hasta que Alissa llamó... -Oh, no. Esto no puede estar pasando. ¡Por la rana René! ¡Que no se atreva a decirlo!-. Cariño, ¿estás saliendo con un chico? -Y lo hizo. 

-¿Qué? ¡Mamá! ¡No! ¡Claro que no! -Esto era tan vergonzoso.

-Cariño, si estás saliendo con Owen, puedes decírmelo, no hay nada malo en ello. -Debía detener esto.

-¡Mamá, basta! No estoy saliendo con Owen, es sólo un amigo. Si no he estado al pendiente de los chicos, es porque no quiero pasarme las vacaciones encerrada esperando a que regresen, tengo nuevos amigos y no por eso olvidaré a los chicos, pero no puedo estar atada a ellos todo el tiempo.

-Bien, lo siento, no quise entrometerme -dijo con voz baja. Genial. Era inocente y ahora me sentía culpable. La abracé. 

-Gracias por preocuparte por mí, pero no es necesario, todo esta en orden, ¿vale? Confía un poco en mí -pedí.

-Esta bien hija, te quiero.

-Yo también te quiero. Ahora iré a ponerme mi pijama, estoy agotada -farfullé.

-Vale. Por cierto, Jesse dijo que lo llamaras en cuanto llegaras -dijo al subir las escaleras.

-Gracias. -Subí a mi cuarto y lo llamé mientras me desvestía.

-¿Diga? -Contestó al instante.

-Hola. -Lo saludé feliz.

-Hola extraña, te gusta desaparecer, ¿eh?, tengo que hablar contigo, Kahl.

-Creo que puede esperar Jess, tengo algo importante que decirte. -Me senté en el borde de la cama, intentando tranquilizarme.

-¿Tan grave es? -Preguntó.

-Aún más.

No podía seguir negándolo, y mucho menos engañándome, quizá debía decirlo en voz alta para pensar en si era verdad o una mera tontería. Como fuera, sólo podía confiárselo a Jesse.

-Venga, me estás asustando, dilo ya.

-Yo... Creo que me gusta un chico, Jesse.

¡Joder! ¡Era cierto!

Geckos y VikingosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora