Geckos y Vikingos

Capítulo 5: Dudas y confusiones.

Era tarde, las nubes lo oscurecían todo y pesar de mis intentos por defenderme, la lluvia caía directo sobre mis ojos. 

Sacudí mi cabeza, y la miré. 

Saltó sobre un enorme charco, y dio un giro sobre sí misma, totalmente inmersa en el juego. Nunca me cansaría de verla, jamás había visto a una chica tan hermosa. Mi corazón comenzó a latir más rápido, y cuando solté un suspiro involuntario, me di cuenta de que era patético.

Incluso ahora, no podía dejar de pensar en lo que había pasado con el tal Kyle. Comencé a recordar mis primeros momentos con ella, y de pronto, todo encajó con un clic silencioso. 

"Barbie está inspirada porque vino a verla su nuevo novio", "Me pregunto que pensará Jesse cuando sepa que su novia va poniéndole los cuernos en cuanto lo ve desaparecer", "Aparte de infiel, la chica resultó sorda", "Adoro a mi hermanito y a Jesse".

Joder. 

También estaban las llamadas que hacía todo el maldito tiempo, ¿cómo pude haber sido tan estúpido? Era por eso que no aceptaba mis cumplidos, por eso no quería que la tocara. 

"No puedes tener más de un novio o novia al mismo tiempo", había dicho su hermanito. 

¡Claro que no lo decía por mí! ¡Lo decía por su hermana! ¡¿Y quién coños era Jesse?! No podía creer que no me lo hubiera dicho desde el principio. Estaba furioso. Intenté contenerme antes de desatar el infierno, mientras ella seguía cantando muy feliz. 

No por mucho tiempo, cariño.

—Kahli. —La llamé, serio.

—¿Qué pasa? —Preguntó con una gran sonrisa. No podía soportar tal falsedad.

—¿Tienes novio? 

Fui directo al grano. Ella se quedó boquiabierta antes de mirarme bien, me estudiaba con los ojos entornados, y sentí la sangre correr hacia mi rostro. Entonces, ella sonrió ligeramente y sacudió la cabeza.

—No, no tengo novio. —Contestó mirándome a los ojos. Sentí mi alma regresar a mi cuerpo, estaba confundido pero, ¿qué importaba?—. No deberías hacerle caso a Kyle, vive sólo para molestarme. —Rió. Me uní a ella, pero antes de poder contestarle, un relámpago iluminó el cielo, y la lluvia aumentó. Kahli se estremeció y me di cuenta de que ninguno de los dos tenía chamarra ni nada parecido. 

—Vamos. —La insté. Comenzamos a correr, y mis ojos vagaban en busca de algún lugar donde pudiéramos refugiarnos.

—No deberíamos ir al club ahora, está demasiado lejos. —Gritó, haciéndose oír por sobre el estruendo de la tormenta.

—También tu casa, busquemos un lugar para cubrirnos, lo primero que veamos. —Sugerí.

—No, sígueme. —Ordenó, y giró a la derecha en la siguiente calle, me costó seguirle el paso.

—¿A dónde?

—Sólo hazlo, esta muy cerca. —Se irritó y siguió corriendo, yo la seguía tratando de no temblar, estaba empapado. De pronto, me di cuenta de que conocía ese recorrido. Sí, sin lugar a dudas las calles me parecían cada vez más familiares. Kahli se detuvo ante una luz roja al llegar a una gran avenida, a pesar de que ésta estaba desierta —. Venga, es ahí.

Cruzó la calle en cuanto la luz se puso en verde, la seguí antes de mirarla sumamente extrañado y confundido. 

Esto debía ser una broma. 

Kahli fue directo hacia una gran casa blanca, corrió hacia la entrada y tocó la puerta. Yo me quedé mirándola como imbécil, parado bajo la lluvia. 

Del interior de la enorme casa salió una mujer muy guapa.

—¡Kahli! —La llamó, preocupada por ella, antes de abrazarla sin importarle que estuviera hecha una sopa. No podía creerlo—. ¡Estás empapada, entra! —Apremió al tiempo que se apartaba de la puerta.

—Alissa, traje a un amigo. —Me señaló mi chica. La mujer me miró con esos enormes ojos suyos. 

La llamé, aún sin poder creerlo.

—¿Mamá?

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¡Hola!

¿¡Mamá!? Oh sí, Alissa, cualquiera quisiera poder llamarte mamá con semejante hijo ;)

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¡Nos leeremos después!

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