Kahli - Capítulo 29: Decepción.

1.6K 273 19
                                    

Esto era perfecto, Jesse había regresado. Mientras lo miraba jugar con Gerry, pensaba en que, refuerzos era justo lo que necesitaba. Ahora él podría ayudarme a lidiar con el desastre que era mi vida en ese momento. Como si no tuviera suficiente con el regreso de Lyschko, estaba también el conflicto que me causaba Owen. Me giré a mirarlo al recordar que seguía ahí. Parecía molesto. Lo miré confundida, ¿qué estaba mal?

-Owen. -Lo llamé. Él bufó y me miró furioso. Me acerqué deprisa-. ¿Estás bien? -Jamás había visto tal indignación en su rostro, o en cualquier rostro, en realidad. 

-Perfectamente. -Su voz resonó como un látigo. Me estremecí. Él tomó el sobre que estaba encima de su auto con brusquedad, y me lo tendió mirando a Jesse y Gerry. Lo tomé, y él evitó el contacto con mi mano como si le fuera la vida en ello.

-¿Te vas? -pregunté al verlo sacar las llaves de su auto de sus bolsillos. Tenía la intención de pedirle que se quedara a cenar, y la esperanza de que aceptara. Después de todo, podía estar lejos del Valhalla por una noche, ¿verdad? Escuché a Jess llamarme, pero esperé la respuesta de Owen, respuesta que no tardó en llegar.

-Por supuesto. Debo volver al club. -No se dignó a mirarme. Owen me había intimidado desde el primer momento en que lo vi, pero nunca me había tratado con tal frialdad.

-¿Qué pasa? -Le pregunté en voz baja. A duras penas podía esconder mi decepción. ¿Qué demonios estaba mal con él? Mamá salió de casa y se acercó con una sonrisa.

-Pasa que tengo cosas que hacer, y ya perdí demasiado tiempo hoy -dijo mirándome con sus ojos endurecidos, como si realmente fueran de acero. Sentí como si me hubiera abofeteado. Mamá se detuvo al escuchar aquello, boquiabierta.

La ira comenzó a inundarme de pronto. Miré a Jesse que seguía jugando con mi hermano, y a mi mamá, quién pareció salir de su sorpresa y sonrió de nuevo.

-¡Owen! ¡Qué gusto verte por aquí! Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que te vi. -Lo saludó. Yo lo miré irritada, sin poder creer que tuviera esa actitud. Sus ojos se suavizaron un poco.

-Que gusto verte, Asha. -Le dijo serio. Esto era el colmo. Jesse pareció interesarse, porque se acercó un poco.

-¿Por qué todos se quedan en la entrada? Es una noche fría, entremos. Te quedas a cenar, ¿verdad, querido? -A veces, ella era demasiado amable. Pude ver en el rostro de Owen que buscaba una manera de negarse. Le ahorré el trabajo.

-Owen ya se va, mamá. -Me miró sorprendido y yo lo miré furiosa-. No lo hagas perder más tiempo.

-Así es -soltó el aludido. Sus ojos llamearon y frunció los labios. Dos podían jugar este juego. Jesse nos miraba divertido, y mamá nos miraba a uno y a otro sin entender nada, al final, decidió no meterse. 

-Oh, está bien -dijo comprendiendo la situación y se dirigió al recién llegado-. Hola Jesse, ¿Cuándo regresaste? 

-Hace apenas unas horas -contestó el Gecko, feliz de la vida-. Quería pasar a saludar.

-Debes estar cansado. ¿Te quedarás a cenar? -ofreció.

-Por supuesto -dijo encogiéndose de hombros. Owen miraba la situación, gruñendo.

-¿No tenías cosas que hacer? -Siseé. Se sobresaltó al percatarse de que lo miraba, me miró con odio, subió a su auto y se alejó rápidamente. Suspiré desilusionada. Hace unos minutos estábamos bien, ¿qué demonios había pasado?

-¿Kaa? ¿Está todo bien? -Me giré para ver a Jesse, me sonreía.

-Si, todo bien. Vamos, Gerry se congelará. -Despegué a mi pequeño de la pierna de Jesse y lo llevé adentro, mamá y Jesse me siguieron. Miré el sobre que me había dado el vikingo. Al tener de regreso a mi mejor amigo, éste debería ser un momento feliz, pero sólo podía pensar en Owen, y me inundaron unas ganas terribles de llorar. Joder. ¿Es que nunca iba a dejar de ser tan patética? 

Geckos y VikingosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora