Kahli - Capítulo 52: De locas y otras cosas.

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-Idiota. -Me insultó la chica castaña a quien abrazaba con fuerza, la tacleé en cuanto la vi caminar por los pasillos, y su melena se agitó ante el impacto-. Aléjate de mí, Scoffield. -Así me recibió mi supuesta amiga al final del primer día de clases, después de meses sin vernos.

-Venga, Hall, sabes que me amas. -No la solté, y puse ojos de cachorro mientras la veía hacer una mueca triste.

-Pero tú a mí no, eso está claro. ¿Dónde coños te metiste todo el verano? -Se indignó-. ¡Estás tan cambiada! ¡Por dios! Si planeaste este cambio de look con otra chica que no haya sido yo, juro que te cortaré los dedos, así aprenderás a no serle infiel a tu mejor amiga. -Gruñó.

-¿Yo? Hall, te fuiste a la playa desde que las clases terminaron. -Le recordé soltando una carcajada-. Y no te preocupes, el cambio lo hice yo sola.

-Y justo por eso me pasé llenando tu celular, y tu correo electrónico de mensajes que jamás contestaste. ¿Qué clase de amiga eres? -Me reprochó-. Espero que tengas una buena excusa para ello.

Haley Francesca Gianna Leone. No te burles de su nombre o sufrirás las consecuencias. La chica más genial y dulce del universo (aunque también la más audaz y ocurrente del mismo). Es una de las pocas amigas con las que cuento, usualmente solía pasar mucho tiempo con ella en la escuela, pero la verdad era que con todo lo que había pasado, casi no había pensado en ella en todo el verano. Era una pésima amiga.

-La tengo, créeme. -Aseguré, pero ella puso sus manos en su cintura, claramente molesta, pero eso la hacía verse muy graciosa.

-¿Qué demonios es esto? -Me señaló. Miré mis ajustados jeans de mezclilla, y mi blusa blanca de tirantes, no le veía nada fuera de lo común, usaba botas de tacón cafés, y una chaqueta de mezclilla-. Usas ropa de niña, y tacones. -Acusó enfadada antes de hacer una mueca de sufrimiento-. Te ves hermosa. -Fingió limpiarse un par de lágrimas, y yo reí de nuevo.

-Te extrañé, tonta.

-Pues eso deberá... 

-¡Chicaaaaas! -La interrumpió una voz aguda. Una pequeña rubia se acercó a nosotras ante nuestras atónitas miradas, llevaba un impermeable amarillo con botas a juego, lo que la hacía verse aún más infantil.

-¿Gwen? ¿Qué demonios haces tú aquí? -Haley la abrazó, su momento de mal humor había pasado y se mostraba de nuevo emocionada. Gwyneth rodó los ojos, la enorme capucha cubría su cabeza, pero dejaba al descubierto su rostro y unos cuantos mechones de su largo cabello rubio.

-¿En verdad lo olvidaron? Es mi primer día aquí. -Hizo un puchero, y me sentí mal de nuevo. Genial. Era una pésima amiga... Al doble.

Gwyneth era la hermana menor de mi mejor amigo. Sí, escucharon bien, ella era la hermana de Jesse, y nos llevábamos muy bien a pesar de que no nos veíamos muy seguido. Haley rio nerviosa, claramente ella tampoco lo recordaba.

-¡Claro que no! Es sólo que no te habíamos visto en todo el día. Linda mochila, por cierto. -Le dijo con sorna. Era dos años menor que nosotras, y este año sería su primero en la preparatoria, así que nosotras habíamos prometido no dejarla sola, ya que a Gwen no le era nada fácil hacer amigos...

-Jódete, cara de castor. -Y nadie sabía por qué. 

Me eché a reír, Gwen no dejaba que nadie se metiera con ella, en ningún sentido, y menos con su amada mochila. Era la cabeza gigante de un poni rosado, se la había regalado Dann en alguno de sus cumpleaños, y la chica la cuidaba como si fuera la misma piedra filosofal. ¿Recuerdan que dije que Haley era una de las pocas amigas con las que contaba? Pues la pequeña hermana problemática de Jess conformaba la parte restante de esa cifra.

Geckos y VikingosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora