Owen - Capítulo 12: Ternura.

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La vi dedicarme esa hermosa sonrisa a la que me estaba haciendo adicto, y suspiré como bobo. Esta chica iba a volverme loco. Pensaba decirle que estaba bellísima, cuando de pronto, la vi acercarse preocupada. Joder. No pensé que lo notara tan rápido. 

-¡Owen! ¿Estás bien? -Le sonreí. Ella llevó su mano a mi rostro para examinarme mejor, y pude notar como mi pulso se aceleraba al sentir sus dedos sobre mi piel.

-No te preocupes. Estoy de maravilla. -Demonios, me sentía como un idiota. Estoy seguro de que así es como se siente estar dopado. Retrocedí un paso, y le extendí las flores que conseguí para ella. Fue difícil encontrar flores azules, visité tres floristerías antes de venir para acá. Ella las tomó, y un hermoso rubor cubrió sus mejillas. Vaya que había valido la pena.

-Muchas gracias. Son hermosas. Pasa -dijo mientras daba un paso a la derecha, invitándome a entrar. Curioso, nunca había estado en la casa de Asha y Emmett, era un lugar con clase.

-Lindo. -comenté al tiempo que ella cerraba la puerta.

-Gracias, dame un momento, las pondré en un florero. -Me quedé de pie en la entrada, y la miré alejarse por el corredor. No pude evitar mirar sus bien torneadas piernas mientras me daba la espalda.  Venga, quizá suene un poco pervertido, pero soy hombre, y Kahli tiene un cuerpo de infarto. Sacudí la cabeza en un intento por alejar sus diminutos shorts de mi mente, e intenté centrarme en lo que vendría. Mi sonrisa desapareció.

Después de que en su cumpleaños acordáramos ser sinceros el uno con el otro, iba a contarle a Kahli el incidente con Jenna, el único problema era que no sabía como hacerlo. ¿Y si se molestaba? Es decir, yo había besado a otra chica después de haberle dejado en claro que ella era la única en mi mente, y a pesar de que había sido en contra de mi voluntad, me sentía mal por ello. Claro que ella no tenia razón alguna para enojarse, ya que nosotros no eramos novios... Aún. Esperaba que mi chica no fuera celosa, o habría problemas. Estaba perdido en mis pensamientos, cuando ella regresó con las flores en un gran jarrón que depositó en una pequeña mesa en la sala. Se sentó en un sofá y me hizo un gesto para que la siguiera.

-Ponte cómodo, mi casa es tu casa. -Me senté junto a ella, y le dediqué una sonrisa.

-Gracias. -Suspiré antes de decidirme.- Nena, escucha, hay algo de lo que quiero hablarte. -Ella me miró con curiosidad, y un segundo después, mordió su labio. Inmediatamente me concentré en ese pequeño gesto, y mi cerebro dejó de funcionar. Sus labios parecían ser tan suaves.

-Yo también tengo algo que decirte. -Estaba inmerso en el movimiento de sus labios al hablar. Inconscientemente, lamí mi labio inferior y lo mordí un poco. Hice una mueca de dolor. Sí que era estúpido. Había mordido exactamente el lugar en que Jenna me había mutilado. Kahli frunció el ceño-. ¿Qué te paso?

-De eso quiero hablarte. Jenna fue a buscarme esta mañana. -Ella inclinó un poco su cabeza. Me miró expectante. Joder, ¿por qué tenía que ser tan complicado?

-¿Jenna? Me dijiste que ya no eran amigos. -Levantó una ceja.

-Y no lo somos, le pedí cientos de veces que no me buscara -aclaré.

-Quiere regresar -dedujo. La miré y asentí-. Puedo entenderlo, pero, ¿por qué eso tiene que ver con tu labio?

-Ella es la causante -expliqué.

-¡¿Te golpeó?! -Negué y le dediqué una mirada de disculpa. Ella pareció sorprendida en un inicio, pero cuando entendió la situación, frunció el ceño-. Oh. No lo hizo... -No parecía feliz. Lo mejor era confesar y ser sincero, debía darme prisa antes de que las cosas se pusieran peor.

-Yo estaba saliendo de la ducha en cuanto tocó a mi puerta, pensé que se trataba de Marcus, y abrí sin titubear. Estaba casi desnudo, así que le pedí que se fuera, pero no me hizo caso, comenzó argumentando que yo era demasiado cruel al negarle mi amistad, pero ése no era el motivo de su visita. Al parecer, te ha visto varias veces con nosotros, aunque no sabe que eres tú. Está muy molesta porque te permitimos entrar al salón vikingo, cuando ella jamás lo hizo.

-¿Estaba celosa? ¿De mí? -Parecía francamente sorprendida.

-Por supuesto. Cualquier chica estaría celosa de ti, y el hecho de que Jenna piense que soy de su propiedad, ayuda a que te envidie aún más.

-Continúa. -Ordenó. Sus ojos estaban fijos en mí. Un escalofrío me recorrió. No quería que se molestara conmigo.

-Me pidió que le diera otra oportunidad, y entonces... -Titubeé un poco. ¿Cómo podía decírselo?

-¿Entonces? -Kahli estaba perdiendo la paciencia.

-Ella intentó seducirme. -Me sentía estúpido usando aquella frase, pero no había otra manera de expresarlo-. Antes de que pudiera darme cuenta, se acercó y me besó. -Los ojos de Kahli se endurecieron, y pensé que no hubiera podido fruncir más el ceño aunque hubiera querido. Carajo-. La alejé de mí, pero me mordió con fuerza. Eso hizo que perdiera la paciencia, y la obligué a irse. Yo... Creo que fui demasiado rudo con ella. -Bajé la mirada. A pesar de que las circunstancias lo habían propiciado, eso no era algo de lo que me sintiera orgulloso.

-¿Qué ocurrió? -Me puse de pie, y le di la espalda. 

-Creo que la lastimé. -Ella se puso frente a mí. Todo rastro de molestia había desaparecido de su rostro.

-¿Cómo? -No pude sostener su mirada. Gruñí y llevé mis manos a mi cabello en un gesto de pura frustración.

-La sujeté para alejarla de mí cuando me besó, y tiré de ella escaleras abajo. Estaba muy molesto, creo que la sujeté con más fuerza de la necesaria. Ella lloraba. -Aquello me hizo cerrar mis puños con fuerza. Jenna podía haber actuado como una cualquiera, pero yo había actuado como un patán. De pronto, Kahli tomó mi rostro, y me hizo levantar la vista hacia ella con delicadeza. La tensión que había en mi cuerpo se esfumó lentamente al ver que me miraba con dulzura.

-Eso no estuvo nada bien. -Sentenció. La miré avergonzado. Nunca me había sentido tan vulnerable frente a una chica.

-Lo sé, y me siento terrible por ello. Creo que debería disculparme con ella, pero temo que sea contraproducente. Antes de irse, me dejó muy en claro que no piensa darse por vencida tan fácilmente.

-Entiendo que te sientas mal por ello, después de todo, eres un caballero. -Me sonrió-. Dale un poco de tiempo para pensar las cosas. Tarde o temprano se dará cuenta de que es una causa perdida, y te dejará en paz. Al final, todo saldrá bien.

Si no estaba seguro de haberme enamorado de ella antes de esto, ahora no había duda alguna. Me acerqué, y la abracé lentamente. Ella me correspondió y acarició mi cabello. Me derretí. Jamás había sentido algo como esto, con tanta intensidad. Estaba perdido en mis pensamientos cuando ella besó mi frente y me alejó un poco. Kahli nunca había bajado tanto la guardia ante mí, y el que ahora se mostrara tan tierna, era simplemente demasiado. Me sentí un poco abrumado, pero inmensamente feliz.

-Gracias. No sabía que necesitara tanto apoyo. -Confesé. Escuché el sonido de una pequeña campana y traté de ubicar su procedencia. Venga, había escuchado que incluso puedes escuchar campanas cuando el amor aparece, pero esto era ridículo.

-No te preocupes, sé que fue un encuentro difícil, pero ya sé qué te animará. -Tomó mi mano y me llevó hasta la cocina.

A partir de ese día, la seguiría a donde fuera.

Geckos y VikingosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora