Jesse - Capítulo 6: Miedo.

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Me deslicé lo más rápido que pude hasta llegar al número 68 del equipo contrario y lo derribé de un codazo, furioso.

-¡Hijo de perra! ¡¿Por qué no haces eso conmigo, eh?! -Me acerqué a Kahli deprisa, quien se encontraba en el suelo. Conmocionada.

"¡Falta sobre el numero 90 de los Geckos! ¡Venga, esto es completamente antideportivo! Ésta es quizá la peor falta de la temporada, y Kahli Scoffield sigue en el hielo."

Hacia la mitad del tercer tiempo, yo había anotado los tres goles que había prometido, pero Kahli había anotado dos goles más, lo que había ocasionado que los "Black Wolfs" comenzaran a frustrarse. Esto no era nada fuera de lo común, y tampoco era inusual que comenzaran las agresiones. Sin embargo, ese maldito se había excedido esta vez. 

Aprovechando que era dos veces más grande que Kahli, la había embestido en plena carrera, frenandola de golpe y lanzándola contra el muro a gran velocidad, su casco salió volando. Al caer, todos vimos su cara golpear el hielo violentamente. Había buscado lesionarla.

Tomé a Kahli entre mis brazos y le quité el cabello de la cara con cuidado. Estaba inconsciente. Haiden y Dann llegaron enseguida.

-¡Conducta antideportiva! ¡Número sesenta y ocho! ¡Black Wolfs! ¡Expulsión por diez minutos! -El árbitro encaró al bastardo, y éste se limitó a levantar una ceja y hablar con sus compañeros antes de dirigirse al banquillo. Oh, no. Dejé a Kahli con cuidado en brazos de Dann, y fui directo hacia él. No iba a permitir que saliera de la pista.

Afuera ya no sería legal.

-¡Oye, bastardo! -Él se giró justo cuando terminé de quitarme los guantes. Él podía quedarse con los suyos, yo no temía que mis manos se lastimaran. Se echó a reír. Fue suficiente para mí.

-¿Vas a defender a t...? -No lo dejé terminar. Le di un golpe, justo en el estomago, provocando que se doblara de dolor. Esperé a que se incorporara y comencé a golpearlo. Él intentó defenderse y me golpeó un par de veces en el casco, el cual cayó al suelo, pero perdió rápidamente el equilibrio y el casco en el mismo movimiento. Gracias a la pandilla de Kyle, yo había aprendido a pelear en el hielo sin temor a caer. A pesar de que nos penalizaban por pelear, los árbitros permiten las peleas, pero dan por terminada una cuando uno de los jugadores cae al hielo. Fruncí el ceño, estaba furioso. Lo tomé del jersey y lo obligué a levantarse. Lancé mi puño contra su rostro un par de veces antes de lanzarlo con fuerza al hielo. Sentí los intentos de los Geckos sustitutos por detenerme, pero no sirvió de nada, yo había emprendido el camino de regreso a donde el medico revisaba a Kahli. 

-Su respiración es estable, pero no despierta. -Dictaminó-. Hay que sacarla del hielo. -No esperé más indicaciones y cargué a Kaa con cuidado.

-Venga bombón, me estás preocupando. -Salí de la pista seguido por todo el mundo y me senté en una banca, con Kahli en mi regazo. Un hilo de sangre corrió desde su nariz. Mi respiración se detuvo. La limpié con un dedo y acaricié su cabello, totalmente aterrado-. ¡Vamos Kahl, despierta! -De pronto, alguien saltó la valla frente a mí y corrió hacia Kahli. No necesité mirarlo para saber que se trataba del vikingo.

-¡Kahli! -Se acercó deprisa, y noté que titubeaba para tocarla. No lo hizo. Lo que fue una suerte para él, porque si lo hubiera hecho, le habría arrancado las manos. 

-Hay que llevarla a un hospital. -Gruñó Dann. Apenas terminó de decirlo, me puse de pie. Por poco caigo con Kahl en brazos. El niño bonito alcanzó a sostenernos, devolviéndome el equilibrio-. ¡Mierda! -Grité. Había olvidado que tenía los patines puestos.

-Venga, la llevo yo. No hay tiempo que perder. -No lo pensé dos veces. Se la entregué lo más rápido que pude, intentando no moverla demasiado. Se fue de inmediato.

-Los veo allá -dije al tiempo que me quitaba los patines. Corrí descalzo hasta los vestidores y me quité los pantalones de juego, junto con todas las protecciones. Dann entró poco después, justo cuando me ponía mis jeans. Tomé mi mochila con el resto de mi ropa y salí de ahí.

-¿Terminarán el partido? -Preguntó el árbitro en cuanto me vio. Miré a Haiden, quien se estaba quitando el casco. Él negó con vehemencia.

-No. Perderemos por default*. -Dann me alcanzó en seguida. Salimos, y corrimos a mi auto. Lancé mi mochila al interior y fuimos directo al hospital. Mi corazón estaba desbocado. No recordaba haber sentido tanto miedo en toda mi vida. Una lágrima corrió por mi mejilla. Maldije y la limpié con fuerza.

-Respira Jess, ella está bien. -Intentó tranquilizarme Dann. Asentí-. ¿Crees que estará bien con el vikingo? -Asentí de nuevo. Por mucho que odiara admitirlo, sabía que él cuidaría bien de ella.

Al menos hasta que yo llegara.

Geckos y VikingosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora