Jesse - Capítulo 1: Impulsos.

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Me sentía como un completo imbécil.

Últimamente mi cabeza era un completo desastre, incluso ahora. Yo debería estar con los chicos jugando hockey en este momento. ¿Qué estaba haciendo aquí? Me hacía esa pregunta una y otra vez mientras esperaba a que papá llegara con mi auto. Llevaba veinte minutos afuera del aeropuerto, esperándolo. Bien, no podía culparlo, hace poco más de media hora llamé para informarlo de que había regresado, y estaba tan sorprendido como yo. Miré mis pies intentando tranquilizarme, y llevé mis manos a mi cabello, estaba desconcertado, pero sabía que estaba haciendo lo correcto.

No sabía si éste era otro de mis frecuentes impulsos estúpidos, pero si sí lo era, era el más estúpido de todos, y también el más sincero.

-Maldita seas, Kahli -gruñí en voz baja. Una señora que pasaba me miró mal por un segundo, y al siguiente, me sonreía coqueta. Rodé los ojos y la ignoré. Estaba de regreso en la tierra de las solteras y desesperadas. Odiaba a todas las solteras, bueno, casi a todas. De pronto, lo recordé horrorizado. ¡Carajo! Esperaba que siguiera soltera.

Unos minutos después, un descuidado Porsche aparcó junto a mí. Era un 550 Spyder, negro. No estaba en las mejores condiciones, pero el verlo me hacía feliz. Subí rápidamente y miré a papá, se puso en marcha en seguida. No parecía feliz de verme.

-Hola. -Probé. Él detuvo el auto y me miró un segundo, escrutándome-. Cualquiera diría que no te alegra verme. -Le dije en broma.

-Jesse, no puedes regresar de pronto sin una explicación y esperar que no me pregunte si algo anda mal. Claro que me alegra verte, pero no lo esperaba. -Tan sincero como siempre. Suspiré.

-Lo lamento papá, debí haberles dicho que regresaba, fue una decisión de último minuto -confesé.

-Vamos, me parece que conozco a mi hijo lo suficiente como para saber que no hubiera abandonado ese campamento si no tuviera un razón de fuerza mayor para ello.

-Papá, ¿puedo preguntarte algo? -Él asintió con la vista al frente-. ¿Tú fuiste amigo de mamá antes de ser su novio? -Era lo más patético que había dicho en mi vida, pero si ya me había perdido el campamento, mi dignidad no era nada en comparación. Sonrió, y después de un momento, rompió a reír.

-Así que, por eso regresaste -acusó.

-¿De qué hablas? -Cuestioné ofendido.

-De Kahli, obviamente. -Miré por la ventana.

-¿Qué pasa con Kahli? -pregunté.

-Que yo sepa, es la única amiga que tienes.

Nunca le había ocultado nada a mi papá, intenté distraerme, pero aunque no podía verlo, podía sentir su mirada sobre mí. Después de un momento, no lo soporté más.

-Creo que me gusta -confesé.

-Y tuviste que esperar hasta que estuviste en Rumania para darte cuenta de ello, ¿no? -No contesté, me sentía demasiado apenado para ello. Papá me sonrió-. ¿Por qué la prisa? ¿No pudiste esperar a que terminara el campamento? Eso te habría ayudado a aclarar tu mente.

-A ella le gusta alguien más -solté. A pesar de que sabía que no tenía ningún derecho para ello, no pude evitar sentirme traicionado. 

-Oh. -Él parecía sorprendido-. Hubiera jurado que Kahli no estaba interesada en ningún chico además de sus amigos.

-¡Eso mismo pensé yo! -exclamé. Papá me miró divertido-. Lo lamento, es que, me siento tan confundido. -Lo estaba.

Aún recordaba el día en que había conocido a Kahli. Ella era mi mejor amiga, nada más que eso. O al menos así había sido por un tiempo. Antes de marcharme, jamás se me hubiera ocurrido que terminaría pensando en ella todos los días, recordando todas las cosas que habíamos vivido juntos, extrañándola.

Geckos y VikingosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora