Kahli - Capítulo 63: Plateado.

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-Kahli. -Escuché a Hanna llamar a mi puerta.

-Un segundo. -Pedí mientras terminaba con el delineado de mis ojos. Había terminado con mi peinado y maquillaje, pero aún me encontraba en ropa interior. Le hice un gesto a Raksha, quien me alcanzó una gran toalla, con la que me envolví antes de atender a mi hermana.

-Necesito ayuda. -Lloró, tenía un pasador para cabello en la mano, y un rebelde mechón rubio caía por su rostro. Sonreí.

-Deberías dejarlo así, de hecho se ve bastante bien. -Analicé mientras lo acomodaba detrás de su oreja. Llevaba puesto un largo vestido azul cielo que se amoldaba a su figura como un guante, y tenía una abertura lateral que corría desde arriba de su rodilla derecha, con tacones altos a juego. Me eché a reír.

-¡Oye! Vine por ayuda, no te burles. -Lloriqueó.

-No me estoy burlando, te ves hermosa.-Aseguré-. Es sólo que pareces Elsa*. -Se unió a mis risas.

-Espero que los niños se mantengan alejados de mí, hoy estaré rodeada de mocosos. -Bromeó, y yo rodé los ojos-. Por cierto, ¿qué usarás? No te vi preocupada por buscar un vestido ni nada por el estilo. -Se extrañó.

-No fue necesario. -Me encogí de hombros, y con un gesto señalé el vestido que se encontraba sobre mi cama.

-¡Santo Jimmy Choo*! -Lo tomó y lo puso frente su vestido-. ¡Es hermoso! Joder, quiero un novio así. -Reí.

-Hanna, Josh es un novio así. -Señalé.

-¡Lo sé! Y no puedo creer que siga poniéndome nerviosa antes de verlo, llevamos meses juntos, ¡y sigo sudando como un cerdo! -Hizo una mueca-. Pero volviendo al tema, el vestido te quedará perfecto, es decir, aunque fueras en esa toalla serías la chica más hermosa de tu generación, te ves perfecta.

El año escolar había terminado y la mitad de las vacaciones habían transcurrido ya, pero mi baile de graduación se llevaría a cabo ésta noche, ya que lo habían pospuesto debido a reparaciones en las instalaciones de la escuela. ¿Por qué Hanna iba a mi baile de graduación? Simple, personas ajenas a nuestro curso podían asistir si eran invitados por alguien que lo fuera, y ella era la pareja de Josh. Ellos llevaban algún tiempo saliendo ya, e increíblemente formaban la pareja más equilibrada, linda y divertida que había visto en mi vida, a pesar de que sus mundos eran totalmente diferentes.

-Gracias, pero no pienso usarla, no ésta noche. -Terminé de vestirme y mamá entró a la habitación cuando Hanna me ayudaba con la cremallera del vestido.

-En momentos como éste, me siento la chica más fea de la casa. -Solté una carcajada, porque mamá se hubiera visto hermosa aún usando una bolsa de basura-. Te ves hermosa, Kahli, ese vestido es muy lindo.

Lo era, era azul marino, sin mangas ni tirantes y tenía escote de corazón, la falda caía en finos velos hasta mis rodillas por la parte de adelante, y un poco más abajo en la parte de atrás. Me había puesto zapatillas plateadas para que combinaran con el cinturón, había recogido mi cabello en una especie de moño y lo había sujetado con una peineta a juego.

-Deberías usar algo en el cuello. -Sugirió la rubia menor. Asentí y comencé a buscar en mi joyero, intentaba decidirme entre un dije que parecía una gota de agua y una media luna cuando un copo de nieve plateado cayó casi por accidente en mis manos. Lo miré perpleja antes de dejarlo caer de vuelta en la cajita con un respingo.

Muchas cosas habían pasado desde aquel día de mi debut musical en el Valhalla.

Los Geckos y yo habíamos elevado nuestras notas lo suficiente para ser candidatos aptos para la beca, finalmente había sido Haiden quien me había ayudado con matemáticas, y sólo esperábamos el final de las vacaciones para volar a Canadá.

Geckos y VikingosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora