Geckos y Vikingos

Maxi - Capítulo 2: Confidencial.

-¿Cómo demonios conseguiste mi número? -Gritaba Marcus al teléfono. Me llevé los dedos a la sien y me revolví en mi asiento. El auto de Owen era muy incómodo.

-Vamos, osito, déjame verte, por favor. Te extraño mucho. -Rodé los ojos al escuchar la estridente voz de la conquista de Marcus. Si podía escucharla a través del teléfono desde el asiento trasero, no me imaginaba lo molesta que sería su voz en persona.

-Por supuesto que no... ¿Jessica? -Bufé. Marcus no tenía vergüenza, la chica merecía un poco de atención al menos.

-Jenny, bebé. -O tal vez no.

-Como sea, no importa. ¿Cómo te lo explico? No quiero volver a verte, quise ser amable contigo pero creo que es imposible, deja de buscarme. -Colgó exasperado y se giró para mirarme-. Tendré que cambiar de número una vez más. -Llevó una mano a su cuello y lo masajeó. Fruncí el ceño. No se veía nada bien.

-¿Marcus? -Lo llamé. Desde que habíamos recibido la llamada de Owen, Marcus se había puesto como una fiera. Nunca lo había visto tan preocupado. Levantó los ojos lentamente y me miró-. ¿Está todo bien? -Levantó las cejas.

-¿Te refieres a Jenny? Claro, le costará entenderlo, pero espero que no le tome mucho tiempo. -Hizo una mueca y negué con la cabeza.

-No me refiero a eso. Luces preocupado. -Me miró sorprendido.

-Kahli está en el hospital, ¿cómo se supone que deba estar? -Negué.

-No es sólo eso. También estoy preocupado, pero sé que hay algo más. -No contestó y miró hacia la ventana. Suspiré. No sabía cómo abordar el tema, no quería incomodarlo, pero sabía muy bien, que necesitaba desahogarse, y que sólo confiaría en mí para ello-. Sabes que puedes confiar en mí, ¿verdad? -Marcus asintió, pero no me miró. Decidí no darle más vueltas al asunto-. ¿Desde cuando? -Suspiró, aún con la vista clavada en la ventana.

-No lo sé, Max. -Dijo en un susurro apenas audible.

-Marcus... -Se giró para mirarme. Sus ojos estaban llenos de pena.

-Me conoces demasiado bien, ¿no es así? -Jamás había visto a mi amigo tan cohibido-. No me odies Max. -Pidió-. No tú, eres mi mejor amigo.

-No te odio. Joder, Marcus, eres como un hermano para mí, no podría odiarte. -Me apresuré a asegurarle.

-Lo siento, Max.

-No lo sientas. Me alegra el saber que por fin alguien despertó eso en ti, pero... El que haya sido Kahli... Me preocupa.

-No puedes decírselo a Owen.

-No planeaba hacerlo, pero... ¿Qué hay de Kahli?

-¿Qué hay con ella?

-¿Se lo dirás? -El silencio inundó el auto unos minutos, hasta que Marcus lo rompió.

-Ella tiene ya bastantes problemas amorosos ahora, ¿no lo crees?

-Marcus...

-No, viejo. Yo... La quiero... Pero ella nunca me verá de la manera en que mira a Owen, y sé que tampoco sentirá por mí algo tan profundo como lo que siente por la lagartija. Me bastaron dos minutos para verlo. Esta es la primera vez que no intento algo con alguien que me interesa.

-Y es porque no sólo te interesa. -Dije con tristeza.

-La amo. -Joder. Marcus hablando de sus sentimientos. El fin del mundo se encontraba cerca-. Pero ahora es mi amiga. Nada más. Me gusta poder contar con ella y haré lo que esté en mis manos por verla feliz.

-¿No crees que tiene derecho de saberlo? No le estas dando la oportunidad de considerarte. -Me miró sorprendido. Sabía lo que estaba pensando. Suspiré-. Marcus, dejemos a Owen a un lado por un momento. También eres mi amigo, y creo sinceramente que Kahli debe evaluar todas sus opciones antes de tomar una decisión. Ella es una chica increíble y comprendo que, después de tanto tiempo, fuera ella la chica que se ganara tu corazón. No te había visto enamorado desde lo ocurrido con Sohar. -Él dio un respingo al escuchar el nombre, pero no me detuve-. Kahli ha sido un amor con todos, en especial contigo, estoy seguro de que, después de Owen, eres su vikingo favorito. Creo que se lo debes, viejo. -La confusión su expandió por su rostro.

-¿Por qué? ¿Por qué haces esto? Se supone que Owen es tu mejor amigo. -Frunció el ceño.

-Y lo es. Owen es parte de mi familia, pero no podemos elegir de quien nos enamoramos. Sería estúpido de mi parte enojarme contigo por eso, ¿no lo crees? Yo quiero mucho a Kahli y sé que Owen la quiere de verdad, por eso lo he apoyado, pero... -Me tomé un momento para elegir mis palabras con cuidado-. Pero igualmente sé que si alguna vez se diera algo entre ustedes, tú podrías cuidarla y hacerla tan feliz como merece. -Sonreí de lado-. También sé que Owen significa mucho para ti y que a pesar de sus peleas, te preocupas por él, y serías incapaz de lastimarlo. -Me miró sorprendido.

-Yo... Gracias Max. -Susurró-. Tienes razón. -Nos quedamos callados unos minutos antes de ver a Owen acercarse al auto lentamente. Abrió la puerta y subió al lugar del piloto.

-¿Qué ha pasado? -Pregunté.

-Llegaron sus padres, la enfermera dice que a pesar de que se encuentra bien, pasará la noche aquí para que pueda descansar, la llevarán a casa por la mañana. -Informó con una sonrisa. 

-Bueno, a pesar de que no pude verla, me siento mucho mejor ahora que sé que está bien.

-¿Qué esperabas? Ahora es toda una valquiria -Nos echamos a reír ante el comentario de Marcus.

-Estoy seguro de que ya lo era mucho tiempo antes de conocernos. -Afirmó Owen y nosotros asentimos-. ¿Necesitan que los lleve? -Negué.

-Marcus y yo vinimos en mi auto, Alex y Carl se fueron hace poco en el auto de Alex.

-Mi auto está en el club, pero estoy demasiado agotado como para conducir a casa. -Marcus hizo una mueca.

-No hay problema, puedes quedarte conmigo. -Ofreció Owen. Marcus asintió.

-Está bien chicos, creo que los veré mañana. -Me despedí.

-Pensaba que mañana podríamos ir a visitar a Kahli, para asegurarnos de que todo esté bien. -Propuso Marcus cuando me disponía a bajar del auto.

-Es una buena idea, mañana el club estará cerrado así que podemos relajarnos un poco. Creo que nos hace falta. -Agregó Owen.

-Claro, le diré a los chicos. Nos vemos.

-Adiós Max. -Dijeron al unísono. Salí del molesto auto de Owen y fui por el mío. Joder, esa chica había llegado a poner demasiado sazón a la vida de los vikingos, sólo esperaba que al final todo saliera bien, y que ninguno de mis amigos saliera lastimado.