Capítulo 22: Hamburguesa espectacular.

1.3K 199 26
                                    

Corrí hacia mi auto con el maldito corazón en la mano y los seguí. Esto debía ser una mala broma, Kahli jamás me haría algo así, ¿verdad? Y por supuesto que Marcus nunca me traicionaría, era cierto que teníamos nuestras diferencias, pero eramos hermanos... ¿O no? 

Conduje detrás de ellos hasta llegar a Loui's, me estaba costando demasiado mantener mi distancia cuando lo que más quería era golpear a ese maldito traidor. Entraron, y yo un poco después que ellos, justo a tiempo para ver cuando ambos ocuparon una mesa. En ese momento agradecí mentalmente al dueño del lugar, Loui's tenía varias filas de asientos de cabina, y cada dos de ellas estaban muy cerca la una de la otra, teniendo como única separación una delgada placa de madera. Así que ocupé la mesa que estaba justo a un lado de ellos e intenté pasar desapercibido.

-Nunca había venido a este lugar. -Marcus parecía desconfiado. Perfecto, podía escucharlos sin ningún problema.

-La comida es muy buena, aunque para ser sincera, comería cualquier cosa, no he comido nada en todo el día. -Se quejó Kahli. Sólo podía ver la parte superior de su cabeza-. Me pongo de muy mal humor cuando tengo hambre.

-Es mi culpa, lo siento. Quizá si te hubiera llevado a comer algo primero, hubiéramos evitado ciertos arranques de furia. -Se echó a reír. Mierda, eso sonaba bastante pervertido, esperaba que no estuvieran hablando en doble sentido porque si así fuera, me pondría a llorar ahí mismo. Kahli gruñó.

-No es gracioso, eso fue totalmente agotador, y sí, es tu culpa. -Ella no sonaba molesta. Mierda, mierda, mierda. Era un maldito masoquista, por supuesto que no quería saber de que manera Marcus había agotado a Kahli hasta el cansancio, pero sí que quería confirmarlo con mis propios ojos, o en este caso, oídos.

-Bienvenido a Loui's. ¿Qué puedo ofrecerte? -Una chica bastante linda se acercó a tomar mi orden. Joder.

-Quiero una malteada de chocolate, por favor. -Pedí en un susurro.

-¡Por supuesto! ¿Quieres algo más? ¿Una hamburguesa, quizá? -Gritó con una sonrisa de oreja a oreja. Bastarda.

-No, sólo la malteada. -Aclaré.

-Seguro. -Ella hizo una mueca y se alejó, molesta. Volví mi atención a la "pareja del año", al parecer también era su turno para ordenar.

-Quiero dos hamburguesas dobles con queso, una orden de alitas de pollo, papas y refresco grandes, por favor, Lucy. -Pidió Kahli casi con fervor. Una sonrisa triste se formó en mi rostro.

-En seguida, querida.

-Ohh, adoro a las chicas con buen apetito. -Bromeó Marcus mientras la mesera se alejaba, Kahli rió.

-No sé que es mayor, mi hambre o mi cansancio. Espero que no haya tenido problemas en el camino. -¿Quién?

-No te preocupes, si hubiera querido causar problemas no lo hubiera llevado a casa contigo ahí. -¿No LO hubiera? ¿Él? ¡¿No se encontraban solos?!

-Lo sé, y te lo agradezco. Para serte sincera, al principio estaba aterrada, nunca había tenido esa clase de... ¿Confrontación? No sabía que esperar, pero fuiste demasiado gentil, Marcus, y un buen mediador. Gracias. -¿Confrontación? ¿Gentil? ¿Mediador? ¿¡De qué mierda estaba hablando!?

-Cuando quieras, ninfa. -Ahora era su ninfa, perfecto-. Ha sido un largo día, lo menos que merecemos es una hamburguesa. -En ese momento, la mesera regresaba con mi malteada, pero yo había escuchado suficiente.

-Su orden, señor. ¿Desea algo más? -Negué, y ella se alejó mientras yo sacaba mi billetera, sin dejar de prestar atención.

-Lo sé, y estoy demasiado agotada para ir al club. Espera un momento, llamaré a Owen.

Geckos y VikingosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora