Jesse se quedó en silencio un momento.
-¿Qué? -cuestionó.
-No lo sé. No estoy segura, la verdad es que ésto es bastante confuso... Pero... Creo que me gusta -argumenté-. No sé que hacer. Acabo de estar con él y justo ahora me siento rara, agitada y un poco nerviosa. -La línea estuvo en silencio unos segundos. Joder, debe pensar que soy patética-. ¿Jesse?
-Así que, ¿era por eso que has estado tan rara? ¿Por un chico? -Sonaba bastante repulsivo cuando alguien más lo decía en voz alta.
-Es parte de eso, creo que no he sido del todo sincera contigo, pero hay cosas que no me gustaría que supieras por teléfono. -Pensé en el invitado no deseado de la cuidad y me mordí la lengua antes de hacer que mi amigo se preocupara de más y regresara en cinco horas o menos.
-Espera. ¿Por eso no contestas mis llamadas? Las salidas, el llegar tarde, el Valhalla... ¿Pasas tanto tiempo con él?
-Pues...
-¡Que intenso! -dijo soltando un suspiro. Respiré tranquila al fin.
-¡Lo sé! El chico comenzó a interesarse en mí y traté de evadirlo, pero con él...
-Después podremos hablar de eso, Kaa. -Me interrumpió.
-Perdona, ¿de qué querías hablarme? -Recordé.
-¿Qué?
-Dijiste que tenías que hablar conmigo. -¿Se habría olvidado ya?
-Ah, sí. En realidad sólo era para decirte que he mejorado bastante, y que Josh se lastimó un tobillo.
-¿Está bien? -Me preocupé.
-Sí, querían enviarlo a casa, pero después de la evaluación del doctor, supimos que es cuestión de que descanse un par de días.
-Espero que mejore pronto.
-No te preocupes, cuidaremos de él. ¿Qué tal las cosas por allá? -preguntó con pereza.
-De cabeza, ¿acaso no me pusiste atención? -Me irrité.
-Cierto, tu romance. -Pude notar el sarcasmo en su voz. Claramente se había molestado al saber de que no lo llamaba por vagar con Owen.
-No es un romance, ni siquiera estoy segura de que seamos amigos. -Lo escuché bostezar-. Vale, está claro que no te interesa mi situación. Perfecto.
-No es eso, simplemente no me interesan esos temas, no solemos hablar de eso. -Soltó apático. Esto era el colmo.
-Venga, lo hacemos seguido. ¿Olvidas a quien le cuentas todo cada vez que tienes una cita o que alguien te interesa? -Él guardó silencio. Suspiré-. Vale, olvídalo, ¿quieres? Debo irme.
-No, Kahl, perdona, no quise sonar como un imbécil. -Ahora reconocía su sinceridad, pero estaba demasiado molesta como para ceder.
-Hablamos después, Jesse. -Lo corté.
-Espera. De hecho...mmm. -Guardé silencio, al parecer se debatía entre decirme algo o no-. Creo que estaré un poco ocupado en estos días. ¿Te llamo en cuanto me libere? -Sonaba apenado aunque noté decisión en su voz, al parecer no era la única que actuaba raro. Suspiré de nuevo.
-Como quieras, Jess. Adiós. -Me despedí.
-Te quiero, Kahl. -Colgué sin responder y enterré mi cara en una almohada.
Bien, si a Jesse no le importaba, seguro tampoco le importaría que siguiera saliendo con los vikingos. No me iba a pasear sola por ahí, no con el enemigo al acecho. Al demonio con Jesse y su indiferencia, ya se le pasaría el berrinche. Sólo esperaba que esto no me alejara de mi mejor amigo, porque claro, Jesse tan sólo era la persona más importante en mi vida que no era de mi familia...
Demonios.

ESTÁS LEYENDO
Geckos y Vikingos
RomanceElla en el mundo del hockey y él, dueño de un exitoso bar. Kahli pasa el tiempo rodeada de chicos y siendo la líder de su equipo de hockey, los "Geckos", hasta que conoce al jefe vikingo, quién de alguna forma la obliga a mostrarse como realmente...