Capítulo 50: Novia ejemplar.

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Aparqué frente al club, y dejé los lentes de sol que me había puesto en la guantera de Hanna. Me costó pensar lo que iba a decir, pero el discurso que había planeado murió en mi boca cuando vi a Owen salir por la puerta de su departamento. Joder, ¿es que siempre tenía que verse tan bien? Llevaba jeans grises con botas negras, una playera gris y una gabardina negra. Bufé, entonces, él se dio la vuelta y me miró.

-¡Kahli! -Se sorprendió-. Iba a buscarte.

-Estás listo para la maldita foto de revista. -Gruñí. Él me miró confundido.

-¿De qué estás...? -Rodé los ojos.

-Cállate ya. -Y lo besé antes de que terminara de hablar. Un beso de verdad. Lo tomé por la nuca y lo atraje hacia mí, él suspiró, y me abrazó por la cintura. Me separé un segundo después-. Cuando me obligues a dejar de quererte. -Juré.

-¿Qué? -Claramente estaba confundido, pero yo nunca había tenido las cosas más claras.

-Cuando me obligues a dejar de quererte. -Repetí-. Entonces, me fijaré en otros chicos, no antes. -Me sonrió.

-Fui un imbécil, ¿no? -Asentí, seria-. No volverá a suceder. -Prometió.

-Claro que no, no es aceptable, y no dejaré que pase de nuevo. -Aclaré-. Conoces mi pasado, jamás le haría a alguien algo así, si acepté ser tu novia, fue porque te quiero, sólo a ti, quiero estar contigo... Hasta que me obligues a dejar de quererte.

-Eso no pasará. -Tomó mi mano y la besó, para después sonreír con ternura-. Pensé que estarías molesta. -Bajó la vista.

-Y lo estoy. -Dije, pero sonreí-. Detesto que siempre tengas que verte tan bien. -Confesé con el ceño fruncido. Levantó las cejas, y me acercó más a él.

-¿Fue eso un cumplido? -Me miró emocionado. Me avergoncé, eso no debería haberlo sorprendido. Asentí.

-Esta vez es mi turno de dejar en claro que quiero estar contigo. -Rodeé su cuello con mis brazos-. ¿Quieres ser mi novio, otra vez? -Él se echó a reír y besó mi frente.

-Quiero ser tu novio siempre. -Reconoció, sonreí.

-Los chicos están en mi casa, eso era algo de lo que quería hablarte. -Ese asunto llevaba mucho tiempo dando vueltas en mi cabeza-. Antes de conocerte pasaba la mayoría del tiempo con ellos, son mis mejores amigos y los amo enfermamente. -Aclaré-. Eres mi novio, y claro que tienes un lugar especial que respetaré siempre, pero no voy a dejarlos de lado sólo porque ahora estemos juntos. -Sorprendentemente, Owen sonrió.

-Jamás te pediría que lo hicieras, no quiero que lo hagas. -Aseguró. Lo miré sorprendida.

-¿No te molesta? -Negó-. Jesse es mi mejor amigo. -Le recordé-. Muchas cosas cambiarán en mi comportamiento hacia él, me di cuenta de que no podemos seguir como antes, pero no va a dejar de ser mi mejor amigo.

-Lo sé. -Sonrió-. Eso lo tengo claro, y sé bien que Jesse también lo sabe. Confío en que no intentará nada más contigo. -Lo miré extrañada-. Es una larga historia, pero puede esperar. -Asentí, pero no iba a dejarlo pasar-. Acepto las cláusulas, y también sé que los vikingos son parte de tu manada ahora. -Reconoció. Me eché a reír.

-Es culpa tuya. -Aseguré.

-Siempre lo es. -Se quejó, pero se acercó a besar mis labios, y me derretí contra su boca. Owen era simplemente adictivo. Me separó de él, y acarició mi rostro-. ¿Tienes planes para hoy?

-Los chicos están en casa, se supone que fui en busca del desayuno. Supongo que se quedarán a jugar videojuegos. -Me encogí de hombros. Asintió, pero lucía desanimado-. Venía a preguntar si querías unirte. -Le sonreí. Me miró sorprendido, una vez más. Mierda, era una pésima novia.

-¿Quieres que vaya a tu casa? ¿Con tu equipo? -Asentí firmemente.

-Estamos juntos ahora, deberán acostumbrarse a vernos juntos.

-¿Y tu familia?

-Papá no está, pero de cualquier manera, mamá lleva unas cuantas semanas pensando que estamos saliendo. -Me dio un beso en un ojo, sin previo aviso-. ¡Oye! -Me quejé, riendo.

-Eres adorable, ¿sabes? -Me sonrojé y él rompió a reír antes de acercarme a él y abrazarme-. No sé que hiciste, pero te juro que nunca me había sentido tan estúpido antes, al menos no por estar enamorado. -Aclaró. Reí.

-Entonces, ¿estás dentro? -Asintió-. ¿Desayunaste ya?

-Nope, tenía planeado invitarte a desayunar, quería hacer crepas, ¿te gustan?

-Las amo. -Confesé.

-¿Tenías algo en mente? Podemos comprar lo necesario y prepararlas en tu casa. -Sugirió, asentí entusiasmada, claro que Owen quizá se asustaría al verme comer demasiadas crepas, pero me haría feliz, y a los chicos también.

-Suena bien, aunque creo que tendremos que preparar al menos cien. -Hice una mueca-. Los chicos también las aman.

-No hay problema, soy el cocinero más rápido del oeste. -Levanté una ceja.

-Muy conveniente, pero debemos apresurarnos, o la tropa morirá de hambre sin provisiones.

-¿Usaremos el auto rosa? -Se quejó.

-Claro, no pienso venir más tarde por él. Puedes ir en tu auto si quieres. -Me encogí de hombros.

-Ni de broma. -Soltó antes de subir al auto de mi hermana, lo imité, divertida-. No volveré a separarme de ti justo el día que volvemos a estar juntos, suelen pasar cosas extrañas. -Me incliné para besarlo una vez más antes de partir hacia el supermercado con una sonrisa.

Geckos y VikingosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora