Kahli - Capítulo 26: Geckos mentirosos.

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Dejamos el Valhalla poco antes de que los clientes y los chicos comenzaran a llegar. Owen me acompañaba a casa, pero ésta vez habíamos decidido caminar. Me sentía un poco más tranquila ahora, y el vikingo junto a mí no paraba de bromear y reír a mi lado. El momento incómodo hizo su aparición al llegar a casa. Owen no paraba de mirarme sin motivo alguno, y eso me puso bastante nerviosa.

-¿Está todo bien? -pregunté esperando que dejara de mirarme.

-Gracias -dijo ignorando mi pregunta. Me sonrió.

-¿Eh? ¿Por qué? -Me confundí.

-Por confiar en mí. -Se acercó, y sin previo aviso, besó mi mejilla. Me sentí tonta, y muy avergonzada, pero me las arreglé para contestarle sin sonrojarme.

-Gracias a ti por escuchar, me agradas Owen. -Él amplió su sonrisa.

-También me agradas, Kahli. A pesar de los incidentes, hoy fue un buen día.

-Entonces, ¿volverás al club? -pregunté.

-Si, debo ver a Max -explicó-. ¿Te veré mañana?

-Seguro, llegaré temprano. Los chicos necesitan más canciones -prometí.

-Entonces, literalmente, te veré en el Valhalla. -Se acercó para besar mi mano y se despidió con una reverencia. Reí y le correspondí antes de verlo alejarse.

Entré a casa, y al cerrar la puerta, recargué mi espalda contra ella, suspirando. Vaya día.

-Espera un segundo, acaba de llegar justo ahora. -Me giré y vi a mi mamá al teléfono. Me lo tendió y la miré interrogante. Ella gesticuló la palabra "Gecko", así que rodé los ojos y lo tomé.

-Gracias mamá, contestaré en mi habitación.

Jesse era tan bipolar. Corrí hacia mi santuario y me quité los zapatos antes de contestar.

-Pensé que estarías ocupado por siglos -dije con ironía un poco molesta.

-¿Eh? ¿A qué te refieres? -Vaya, esa no era la voz de Jesse.

-¿Andy? -cuestioné. Mire la pantalla del teléfono, el número en ella era el de la cabaña de Jesse. ¿Qué hacía Andy ahí?

-¡Hola, Kahli! -exclamó feliz.

-¡Hola! ¿Qué tal va todo por allá?-saludé.

-Bien, quería saludarte. Josh y yo en realidad, Jesse es un acaparador, ni siquiera nos dijo que tenía teléfono aquí -gruñó-. ¿Por qué pensaste que estaría ocupado?

-Lo lamento, pensé que llamaba Jesse, mamá no especificó -dije riendo.

-¿Jesse? Jess no está aquí. -Parecía confundido.

-Eso imaginé, lo que no imaginé fue que ustedes tomarían la cabaña -acusé.

-Pero, Jess dijo que estaba bien. ¿No te lo dijo? -explicó.

-¿Decirme qué? -Lo escuché hablar un momento, pero no se dirigía a mí.

-Espera, Josh quiere hablar contigo. -Escuché un par de golpes. No pude evitar reír. ¡Eran tan infantiles!

-Debes extrañarme mucho -dijo Josh con arrogancia.

-No tienes idea.

-¿Cómo está el tonto de Dann? -cuestionó.

-Muy bien, no le he visto mucho en estos días, pero está bien -conté.

-¿Y cómo van con el articulo? ¿Podremos inscribirnos al torneo?

-Por supuesto, esta casi terminado, sólo falta la ultima fase -aseguré.

-Fantástico.

-Por cierto, ¿cómo esta tu tobillo?

-¿Mi tobillo? -Se extrañó.

-Jess me dijo de tu lesión -expliqué.

-¿Mi lesión? Kahl, ¿de qué hablas? -Ese maldito mentiroso. Bufé.

-Jesse me dijo la ultima vez que hablamos que te habías lastimado un tobillo, pero al parecer no es verdad -farfullé molesta.

-No, no me lastimé. Ni siquiera me he caído una sola vez desde que llegamos. -Me dijo confundido. Pude escuchar que Andy había estallado en risas.

-¿De qué demonios se ríe Andy? -Exploté.

-Venga, en serio, ¿no te dijo nada?

-¡¿Decirme qué?! -Los chicos se quedaron en silencio-. ¿Josh? -Escuché que murmuraban entre ellos, pero no podía entender nada-. ¡Josh!

-Lo siento Kahl, esto es un malentendido -dijo alegremente.

-¿Cuál malentendido? ¿Qué debía decirme Jesse?

-En verdad me lastimé, no lo recordaba, fue sólo un rasguño y no le di importancia -soltó mecánicamente. Algo raro estaba pasando.

-Claro -dije con ironía-. Josh, tienes un minuto para explicarme que demonios pasa.

-Lo siento Kahli, debo irme, te llamaremos el sábado, ¿sí? -ofreció.

-Espera, que...

-¡Te queremos! -gritaron a coro y colgaron. Me quedé mirando el teléfono un momento. ¡¿Qué había sido eso?! 

Respiré profundamente y decidí olvidarme de ello. Tenia demasiadas cosas en la cabeza. ¡Que día tan agitado había tenido! Me olvidé de todo, ni siquiera me desvestí, me lancé a la cama y me quedé dormida.

Geckos y VikingosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora