Before the moon...

Capítulo 82

Las semanas pasaron rápidamente... El número de capítulos grabados avanzó de manera considerable, el CD estaba a punto de ver la luz y los conciertos por el país se retomaron tras tres semanas de descanso. Entre tanto trabajo, Dulce María aprovechaba sus ratos libres con Guillermo Ochoa. Christopher hacía lo propio con Belinda, aunque no tan a menudo. Por su parte, Poncho y Anahí continuaban con su relación de amigos, sin ningún acercamiento salido de tono. Hoy, una de estas relaciones tomaría un rumbo diferente...

Dulce María había tomado una decisión. Ella no tenía departamento propio, pero Memo sí, y hacía días que le había hecho una copia de las llaves cuando la joven le ayudó con la decoración de su nuevo hogar. La relación había avanzado, ella se sentía muy a gusto con él, Poncho le dolía, aunque los encuentros con el arquero la alivianaban.

El futbolista llegaría tarde de entrenar, ella había salido temprano de grabar. Aprovecharía los últimos días de verano para preparar una romántica cena en la terraza. Allí dispuso una mesa pequeña y redonda que les permitiera charlar más cerca el uno del otro. Colocó la vajilla y los cubiertos que ella misma había elegido días antes, de color blanco y líneas sencillas, esparciendo unos cuantos pétalos de rosa y un par de velas sobre un mantel burdeos que le otorgarían ese ambiente romántico que ella misma deseaba. Atenuó las luces que iluminaban aquel balcón. Debajo del plato del joven dejó la entrada de su primer partido en el Estadio Azteca, donde se podía leer un «¿Nos damos una oportunidad?». Con los pétalos y velas restantes creó un camino que llevaría al arquero desde la entrada a la terraza... No tenía tiempo para cocinar, aunque por suerte sus amigas siempre estaban para ayudarla. Pronto llegaron Fran e Iliana con su particular menú afrodisíaco y un disco plagado de música tan lenta como romántica, que la joven puso en el reproductor, a bajo volumen, con la intención de que los acompañase durante la velada. También cargaban con un delicado vestido, color rosa pastel, que la joven combinó con unos tacones color nude, unas ondas en su pelo rojizo y un maquillaje suave. Ahora sí, todo estaba listo. Simplemente faltaba él.