Before the moon...

Capítulo 192

Durante las siguientes semanas la joven banda continuaba con un ritmo imparable de conciertos, presentaciones, entrevistas, promociones, convivencias... A principios de marzo su serie ya se había estrenado ante el gran público, cosechando el éxito esperado. Al mismo tiempo, en el mes de abril decían adiós a su "Tour Generación 2006" para dar la bienvenida al "Tour Celestial 2007", con nuevas músicas y nueva puesta en escena.

Comenzaron la gira con varios conciertos en Ecuador, hasta que a finales de ese mismo mes llegaron a uno de sus países predilectos: Brasil. Tras su show en Porto Alegre, ofrecerían un nuevo espectáculo en São Paulo, arriba y debajo del escenario...

- ¿Me puedes decir qué demonios es esto?; chillaba Dulce María en aquel backstage, lanzándole a su novio la revista de la que era portada.

- ¿Qué es esto?; preguntaba Christopher estupefacto.

- Creo que está todo muy claro...; continuaba gritando la pelirroja cuando las primeras lágrimas ya caían por su rostro.

- Dul, mi amor, no es lo que estás pensando...; decía el joven nervioso mientras la tomaba de las manos.

- ¡Suéltame! No estoy pensando nada, sólo estoy viendo cómo te besas y abrazas con otra. Con esa otra...; vociferaba la muchacha incapaz de contener el llanto.

- Ven aquí... Relájate y deja que Chris te explique. Pero háblenlo en el hotel, aquí puede escuchar alguien que no debe; la aconsejaba Annie mientras la acogía entre sus brazos.

La tensión del ambiente se podía cortar con cuchillo durante el tiempo que duró el aventón hasta el hotel. Uckermann permanecía nervioso en la parte trasera de aquella camioneta junto a Maite y Poncho. Podía ver la nuca de Dulce justo delante suya. No había levantado cabeza en todo el trayecto. Sus manos permanecían sobre su rostro, del que caían regueros de lágrimas incontroladas. Christian tomaba su pierna izquierda mientras la güera no dejaba de acariciar su cabello.

Sin mediar palabra, cada uno de los integrantes del grupo se encerró en su cuarto. El greñudo sabía que tenía explicaciones que ofrecer, también que debía ser él el que diera el paso. Un par de golpes en la puerta de la habitación de la pelirroja bastaron para que ella abriese la puerta y lo dejase entrar...