Before the moon...

Capítulo 63

Christopher, aún en aquel pasillo, permanecía inmóvil sin comprender las últimas palabras que habían llegado a sus oídos.

- Pero...; titubeaba él incapaz de continuar.

- Dale tiempo. Está muy agobiada por todo. Le vendrán muy bien estas tres semanas desconectada del mundo...; suspiraba Anahí.

- Necesito hablar con ella; pedía el muchacho.

- Mejor no...; le sonreía tristemente la güera.

Mientras tanto, una pálida y ojerosa Dulce María pasaba por su lado.

- Será mejor que se apuren. En cinco minutos nos recogen para la prueba de sonido; decía la pelirroja sin mucho ánimo, arrastrando sus pies hacia el ascensor que la esperaba.

- Sí princesa, tomo mi bolsa y ya bajo; le sonríe Annie tristemente.

- Yo voy contigo; dice Christopher en un impulso, soltándose de la güera, quien lo agarraba con la intención de no dejarlo a solas con Dulce. Él era más fuerte, ya nada podía hacer.

- Lo siento...; alcanzó a decir Uckermann cuando las puertas se cerraron y ella mantenía la mirada clavada en el suelo.

- ¿Me has escuchado?; lo intenta el joven de nuevo, arrepentido, al mismo tiempo que la muchacha cabecea de arriba abajo, dando a entender que sí lo ha oído, pero que no tiene ninguna intención de entablar una conversación con él.

- Ven aquí...; dice él levantando su rostro iluminado por un par de ojos colmados por la decepción, abrazándola mientras ella, pasiva, se dejaba querer, con los brazos caídos y la cara apoyada en su hombro, al mismo tiempo que las primeras lágrimas caían por su cara.

- No llores por él, no lo merece...; comenta Uckermann con la intención de calmarla.

- ¿Qué? ¿Cómo eres tan hipócrita?; dice la pelirroja apartándose de él bruscamente, recordando todo lo que había visto apenas unas horas antes.

- Dul...; pronuncia el chico intentándose acercar a ella.

- ¡Ni Dul ni nada! A mí ahora me dices esto. ¿A él qué le decías ayer? ¿Búrlate y ríete de ella cuanto puedas, se lo merece? ¿O cosas aún peores?; gritaba Dulce María colérica, mientras un ojiplático Christopher no daba crédito a lo que estaba escuchando en aquel ascensor.