Capítulo 100

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La conversación continuaba en aquel particular sofá de las confesiones...

- Ahora sí no puedo dejar de reírme... Christopher Uckermann, el ganador de los cinco últimos trofeos al mujeriego del año, llorando por una bella dama; bromeaba su amiga.

- Beli, si sólo quería hablar contigo de esto era porque pensaba que no te ibas a burlar de mí. Para eso ya tengo a mis cuates...; decía el muchacho dolido.

- Ay Ratón, perdóname, ya sabes que soy media bruta a veces. Entiende que es muy chocante para mí verte así. ¿Qué te ha hecho ese diablo pelirrojo?; preguntaba ella tras una triste sonrisa.

- Enloquecerme...; suspiraba él.

- ¿Qué hago, dime qué hago?; volvía a preguntar ante el silencio de su compañera.

- Aléjate de ella. Ya has visto los apapachos que se daba con su novio en el estacionamiento... Si te apegas a Dulce luego la caída será más grande; lo aconsejaba la chica.

- Compartimos novela y mi personaje se muere por ella. Compartimos banda y yo me muero por ella...; suspiraba Uckermann.

- El primer paso es asumirlo; sonreía la muchacha.

- ¿Qué?; preguntaba él desconcertado.

- Acabas de decir que estás muerto con ella; lo miraba Belinda tras una sonrisa pícara.

- ¿Y si le digo la verdad?; preguntaba Christopher en busca de consejo, ignorando las últimas palabras de la joven actriz.

- Ella se ve muy bien con Memo, puedes perder su amistad mostrándole tus verdaderos sentimientos... Eso lo tienes que decidir tú; decía la chica.

- No puedo alejarme de ella, es superior a mí...; exhalaba el joven.

- Pues entonces dedícate a conquistarla; replica la muchacha.

- Ella no me pela...; asume él resignado.

- Eso puede cambiar, nunca sabes...; comentaba la joven actriz.

- ¿Y si no cambia?; la cuestiona Uckermann de nuevo.

- Te terminarás enamorando, y un amor no correspondido duele, duele mucho; afirmaba Belinda cuando las lágrimas llamaban a sus ojos. Se conocían desde chiquitos y sintió que lo quería desde el primer momento que lo vio.

- Me dejaré llevar, olvidar ya sé que no la puedo olvidar... Gracias por escucharme; decía el greñudo mientras abrazaba a su amiga en aquel sofá en el que terminarían por quedarse dormidos.


Before the moon...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora