Before the moon...

Capítulo 201

Tras su corta estancia en Rumanía, RBD tomó un nuevo avión rumbo al primer país europeo que los había acogido hacía prácticamente un año. En la tarde del 13 de junio los seis integrantes y todo su equipo aterrizaron en el Aeropuerto Madrid – Barajas. Se quedarían en España las tres próximas semanas, donde visitarían diferentes ciudades con la única intención de llevar su música y sus mensajes a cualquier rincón del país.

Comenzaron su tour en Valladolid, para luego descansar durante cinco días en las playas paradisíacas de la isla de Ibiza. La brisa mediterránea fue la responsable de recargar sus pilas, ofreciendo el mejor de los conciertos en la capital del país. Sería en Madrid donde grabarían un nuevo DVD, esta vez el "Tour Celestial 2007: Hecho en España". A esta ciudad le siguieron otras: Las Palmas, San Sebastián, Barcelona, Málaga...

Aprovechando su estancia en Andalucía, entre concierto y concierto, decidieron visitar su capital: Sevilla. Dos de ellos descubrirían ese color especial del que tanto se habla...

Debían pasar inadvertidos entre los habitantes y visitantes de la ciudad hispalense. Si hace un año apenas un centenar de españoles los conocían, estos se habían multiplicado por cientos y miles, y la expectación que generaba su estancia en el país era tremebunda.

Dulce había decidido teñir su cabello de negro durante esos días con un spray temporal que le había aconsejado uno de los estilistas del grupo. Christopher contaba con una importante colección de gorras bajo las que camuflarse. El sol que calentaba la ciudad se convertía en su aliado, propiciando la necesidad de callejear entre los habitantes escondidos tras unas gafas de sol de proporciones considerables. No era cómodo, pero sí el único modo de escape para disfrutar de su amor sin miradas inoportunas y flashes delatadores.

Tras unas horas junto a sus amigos, los jóvenes decidieron aprovechar aquella calurosa noche de verano en la soledad de su cuarto. Se alojaban en el "Hotel Ilunion – Puerta de Triana", uno de los más exclusivos de la ciudad hispalense.

Frente a ellos corrían las aguas del Río Guadalquivir, alzándose sobre ellas el Puente de Isabel II, más conocido por sevillanos y extranjeros como el Puente de Triana, pues era el encargado de unir el casco antiguo de la ciudad con el barrio que llevaba su nombre.

La muchacha había ojeado algunos de los folletos que regalaban en el hotel, descubriendo que según la mitología, había sido la diosa Astarté la que dio origen al barrio de Triana, fundándolo cuando se refugiaba de la persecución amorosa de Hércules en una de las orillas del Río Guadalquivir. La historia la había cautivado, también las fotografías que acompañaban a aquel panfleto. Una vibra le decía que ese se convertiría en un lugar mágico, en su lugar mágico del mundo. Aún no era consciente de qué tan ciertas eran sus premoniciones...