Capítulo 50

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Los días habían pasado, con momentos dentro y detrás de escena. Dulce y Poncho se comían con los ojos a cada paso que daban, y a pesar de sus frecuentes discusiones por cualquier tontería, pronto se arreglaban y volvían los arrumacos. Por su parte, Anahí y Christopher no habían necesitado los diez días que la güera le había ofrecido para darse cuenta de que únicamente estaban destinados a ser los mejores amigos.

En uno de los descansos, las parejas habían decidido bajar a un café cercano. Estando Alfonso en el baño su celular no paraba de vibrar. Dulce, pensando que podía ser importante, decide atender, sin saber quien la esperaba en la otra línea, pues el número no estaba registrado.

- ¿Bueno?; saluda la pelirroja.

- ¡Ponchito! Te he extrañado estos días...; se escucha al otro lado.

- ¿Quién demonios eres?; chilla Dulce.

- Perdón, me he equivocado; cuelgan sin más dilación.

- Lo mato, yo lo mato...; grita la muchacha, tirando el teléfono al suelo, saliendo apresuradamente de aquel bar mientras Annie corre tras ella.

Segundos después Poncho camina tranquilamente hasta la mesa donde únicamente se encuentra un Christopher realmente serio.

- ¿Qué ha ocurrido? ¿Y las chavas?; lo cuestiona el joven desconcertado.

- En tu celular tienes la respuesta. De verdad que no lo puedo creer; le dice Uckermann con desprecio.

- ¿Qué pasa?; pregunta atónito el muchacho, echándose las manos a la cabeza al ver quién estaba detrás de la misteriosa llamada.

- ¿Claudia? ¿O alguna de las otras que cada noche te llevas al hotel?; lo encara Christopher realmente enojado.

- Chris, cálmate, por favor. Todo tiene una explicación. Yo...; titubea Alfonso sin alcanzar a dar una excusa acertada.

- ¿Qué mierda yo? Sabes perfectamente quién es Claudia. ¿Qué te pasa, güey?; le grita Poncho sin entender los reproches de su compañero.

Before the moon...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora