Capítulo 176

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Al día siguiente comenzaron las grabaciones del nuevo proyecto que emprenderían como grupo: RBD La Familia. Una semana más tarde, cuando el mes de noviembre ya había tomado forma en aquel año 2006, los dos primeros capítulos ya estaban grabados y ellos ya aterrizaban en Santiago de Chile...

Los ánimos hacía tiempo que estaban caldeados en el grupo, la continua convivencia había hecho estragos en sus relaciones, y era el momento de solucionar las cosas. Ayer mismo habían dado su último concierto en la ciudad, hoy tendrían el día libre y mañana bien temprano tomarían otro vuelo rumbo al DF. La comida había transcurrido con la seriedad que caracterizaba sus últimas reuniones. Tras ella, cuando los seis subían en un mismo ascensor, Poncho decidió tomar las riendas del asunto.

- Estoy harto, muy harto de esto. Somos una banda, un grupo, vendemos una hermandad que no tenemos. ¿Qué demonios nos pasa, caray? Nos queremos, ¿tenemos que estar todo el día con malas caras? Sé que estamos hasta arriba de trabajo, pero pienso que esto no es necesario; pronunciaba Alfonso cuando el elevador ya abría sus puertas de nuevo.

- Okey, ¿nadie dice nada? Lo haré yo. Vayámonos a mi cuarto y hablemos todo lo que tengamos que hablar. Me ofrezco a empezar; rebatía seriamente el muchacho viendo cómo sus compañeros no articulaban palabra.

En silencio caminaron hacia la habitación 233 de aquel hotel situado en la capital chilena. Poncho se sentó sobre su cama, Christian lo imitó. Maite acercó la butaca situada junto a la ventana mientras que Annie se apropió de la única silla de escritorio presente en el cuarto. Por su parte, Dulce y Christopher optaron por sentarse en la alfombra que presidía la estancia.

Como prometió, fue Poncho el que comenzó con su discurso, mostrando sus sentimientos como nunca antes lo había hecho. De frente, diciendo todo lo que se le pasaba por la cabeza, a todos y cada uno de ellos, asumiendo sus errores, recriminando los de los demás... Poco tiempo tardaron en saltar las primeras lágrimas, los primeros gritos, las primeras sonrisas, los primeros abrazos... Minutos después todos ellos seguían con su particular confesión en aquella alfombra color bermellón.

Y poco más de dos horas después todos se habían pronunciado, todos excepto dos de ellos, quienes habían solucionado los problemas que pudieran tener con sus compañeros, pero no los que tenían entre sí...


Before the moon...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora