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—¡Niall estás actuando como un niño! No lo puedo creer.

—¿Sabes que? ¡Vete a la mierda, entonces!— Escupió molesto aquello que la hirió. Se quedó mirando con los ojos abiertos en estado de shock.

—¿De Verdad? ¿Es eso lo que realmente sientes Niall?—Gritó a él. El día había sido llenado con nada más que gritar el uno al otro por razones tan estúpidas ni siquiera se podían explicar.

Todo había comenzado cuando Niall se despertó esa mañana, que estaba un poco en el borde del estrés, para empezar de tener que escribir y grabar otro álbum
mientras estaba de gira por quinto año consecutivo. En el exterior, podría parecer que le iba bien, pero una vez que agrietas la superficie, era como un tsunami de emociones que vierten fuera de él.

Y todo lo soltó sobre Baylee que solamente le hizo una pregunta sencilla sobre la limpieza de la casa. Él se convirtió en un toro despotricado, arrojando cosas y diciendo barbaridades que él no se atrevería a decir a Baylee, en cualquiera de estas circunstancias. Él sólo se quebró.

—¿Qué si lo es? ¿Qué pasa si no quiero estar contigo nunca más?— Esta vez las palabras la cortan como un cuchillo, perjudicando mucho peor que todas las de antes.
—¿Qué quieres decir con eso?— Susurró cuándo una lágrima rodó por su mejilla, ya no se podía controlar. La sala quedó en silencio y casi se podía oír los grillos haciendo esos ruidos familiares en los arbustos fuera de su casa.

Niall miró hacia abajo a sus pies, —No sé.— Se encogió de hombros, cerrando los ojos y negando con la cabeza ligeramente.—Sólo hay mucho que hacer en este momento. No estoy pensando bien.— Se pasó una mano cansada por el pelo.

—Tal vez deberíamos dejar esto, entonces. Si no quieres estar conmigo entonces sólo te tienes que ir.— Baylee señaló su mano hacia la puerta. Niall negó con la
cabeza baja.

—Amor, yo... Yo no quise de-decir...

—Niall es justamente lo que acabas de hacer. ¿Cómo puedes estar aquí y me mientas después de que acabas de decirme todo eso.— La chica colocó sus manos en su cara, sollozando en voz alta. —Yo no voy a estar aquí y dejar que me grites.—

Se dio la vuelta y caminó hacia su dormitorio. La casa en la que había compartido con Niall durante dos años, donde se hicieron tantos recuerdos dulces, se sentía como si todos se fueran desmoronando.
Baylee estaba llorando ahora, las lágrimas eran cómo los ladrillos que caen de recuerdos que había construido con él. A causa de sus sollozos, no podía oír los pasos que venían a la habitación.

—Baylee.— Niall puso sus manos en su hombro, y podía sentir el calor de su cuerpo contra el de él. La chica levantó la mirada y se giró a Ni quién en su rostro tenía rastros de culpabilidad. Se veía en ella a través de sus ojos llenos de lágrimas, —No quiero que discutamos más— Le susurró.

—Entonces, ¿qué Niall?—sollozó, —¿Qué quieres?— Él puso su frente contra la de ella y cerro los ojos, dejando suspiros en sus labios.

—Yo sólo quiero a ti.— Él finalmente suspiró después de unos momentos de silencio. Sus ojos azules eran de un color oscuro mientras se miraban directamente a través de ella. Baylee tomó una respiración más a través de la nariz, sus labios se ciernen sobre los del rubio.

Niall cerró el espacio entre sus labios y sus cuerpos. Sus pechos se tocaban y sus labios se movían suavemente juntos. Se sintió la lengua del rubio en el labio inferior de Baylee, intentando profundizar el beso.

Dejó una de sus manos ir, colocándola en la parte baja de su espalda y su mano libre se colocó en el cuello de Baylee mientras abría la boca más, lo que le permitió profundizar el beso, por lo que éste se volvió más apasionado.

Niall comenzó a inclinar a Baylee hacia el suave colchón de la cama. Movió las manos a la parte inferior de la camisa de gran tamaño de B, deslizándola hacia arriba el torso. Y ella levantó la espalda por lo que fácilmente podrían echarla a un lado.

Niall, aprovechó la oportunidad para quitar su camisa también.

Puso sus labios sobre los de Baylee una vez más, y esta vez movió sus caderas contra las de ella. Ni hablar de Baylee, que podía sentir la longitud de su chico a
través de sus pantalones y sus manos se trasladaron a su espalda.

Bajó la mano hasta llegar por sus pantalones y las bragas, para permitirse patearlos con los pies. Baylee movió sus manos a la cadera de Niall, tirando del dobladillo de la parte superior de sus pantalones.

Niall se encarga a sí mismo de quitar la parte superior de ella, y luego se coloca al pie de la cama para quitarse los pantalones.
Baylee cierra sus ojos, imaginando los ladrillos de recuerdos construirse de nuevo. Esperando que así se quedaran. Escuchó el cajón de la mesilla abrirse y abrió un ojo para verlo sacar un condón. Mordió su labio inferior, pasando sus dedos sobre el edredón debajo de ella. Niall volvió a subir encima de ella, haciendo espacio para él en medio de las piernas, logrando que Baylee lo sintiera contra su muslo.

—Te amo.— Él murmuró contra sus labios. Sus brazos se colocaron a un lado de la cabeza para mantenerse a sí mismo. —Yo siempre te amaré.— Su otra mano se movió a su cara, calado con los dedos sobre la piel y los pequeños mechones de pelos que eran demasiado tercos y se movían.

—Yo también te amo Niall.— Respondió con una sonrisa tímida que apareció en su cara.
Sus manos estaban ahuecadas su rostro y sintió la punta en su entrada.

Niall coloca un dulce beso en la frente, despúes uno en la punta de la nariz. Por último, sus labios encontraron los suyos y Baylee sintió a Niall dentro de ella. La chica agarró su cara para sentirlo más cerca aún y aprovechar de la sensación. Y luego lo soltó para sujetarse de las sabanas, apretando sus puños.

Horan se movió dentro y fuera de Baylee, comenzando lento al principio, luego movió los labios a su mejilla, y clavó la cabeza en su cuello, dejando escapar un gemido pesado. Su ritmo creció más rápido y el control de la chica sobre la sabana apretada, hizo que de sus nudillos blancos.

Mantuvo sus embestidas profundo, asegurándose de que se sintiera todo el placer que se merecía. Niall levantó la cabeza de su cuello y tocó sus frentes juntos.

Cerró sus ojos con fuerza, su respiración era pesada, y la sensación de euforia que Niall le estaba dando era irremplazable.

—Niall, Yo-yo estoy cerca.— Gimió a él cuándo continuó su empuje.

—Está bien— Él le dijo: —Llega conmigo.— Un fuerte gemido escapó de sus labios y arqueó su espalda
contra él. Movió los brazos hacia arriba en la espalda del chico, sintiendo sus músculos flexionarse y sintiéndolo a él moverse con cada embestida.

Él gimió al sentir sus paredes apretando alrededor de él, la sensación única haciéndole estar más cerca de llegar.

Su respiración era corta y pesada, así cómo la hermosa
sensación fue desapareciendo. Niall empujó por última vez en que antes derramara su carga en el condón.

Se retiró, y se colocó a lado de Baylee colocando su brazo izquierdo bajo su cabeza y ella su brazo colocó perezosamente su brazo derecho sobre su estómago que subía y bajaba con sus respiraciones.

—Tú eres todo lo que siempre quiero, yo puedo prometer eso.— Él le dio un beso a la mejilla y cerró los ojos con una sonrisa en su cara, listo para construir más sobre las memorias que ya había creado.

One Shots de Niall HoranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora