Acabas de regresar al piso que compartes con Niall, Harry , Louis, y Liam. Tú y Harry salieron a jugar bolos y a Starbucks.
Cuando entras, Niall estaba sentado en el sofá jugando a Fifa. Cuando se da cuenta de que su llegaste a casa (y con Harry) sus brillantes ojos azules cambian a un color gris mate. Mira hacia la pantalla y no dice una palabra.
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— Entonces, ¿qué hiciste hoy?— te pregunta Liam en la cena. Siempre trata de conversar en la mesa.
— Bueno, Hazz y yo salimos a jugar a los bolos— tú dices. Niall se hunde en su silla, sin comer, lo que casi nunca ocurre.
— Discúlpenme— masculló Niall, levantándose de la mesa y caminando hacia el patio trasero.
Te disculpas también y sigues a Niall.
– Niall—, dices, poniendo la mano en su hombro. Sólo el lo sacude.— ¿Qué pasa?
— Ya no sales conmigo, bueno, no como antes—, dice Niall evitando mirarte.
Te acuerdas de los últimos días. Lunes, saliste con Louis, el Martes estuviste con Liam todo el día y hoy saliste con Harry.
— Oh, Ni, lo siento. Nunca me di cuenta de que te he ignorado completamente esta semana.— dices, sintiéndote mal.
— Esta bien. No puedo tenerte solo a para mí mismo.— dice Niall riendo. Tú te unes con él y te alzas para darle un abrazo.
— Mañana, seremos sólo tu y yo—, susurras en los oídos de Niall. Lo sientes sonreír, mientras te abraza más fuerte.