Cuando eres joven nada parece importar, hay tanto que no sabes y la única certeza que tienes es que una pequeña cosa puede hacer que parezca que el mundo está cayendo.
Niall y tú; dos ingenuos e inútiles jovenes, dos adolescentes estúpidamente enamorados. Ambos sabían que esto era diferente a cualquier cosa que sus amigos tenían, lo suyo era especial.
Niall sabía que serías la única, y tal vez por esa razón fueron rápidos para llevar su relación al siguiente nivel.Ahora era su último año de escuela. Tus padres confiaban muchísimo en Niall, era obvio que lo adorabaa y Maura era un amor contigo, te quería incluso antes de ser novia de Niall así que les permitieron pasar la noche juntos en el campamento.
Ahí fue cuando se dieron la oportunidad.Habían estado planeando este viaje para poderlo recordar durante mucho tiempo; ustedes dos fueron los elegidos para llegar a la cabaña antes que los demás, entonces no había de que preocuparse.
El viaje en coche fue más largo de lo esperado, en el momento en que los dos entraron a la cabaña dejaron caer sus hombros y fueron presurosos al escoger una habitación con un pequeño balcón.
Sonreíste al entrar y corriste a lanzarte a la cama; Niall te observó desde la puerta y en su mente sólo podía pensar en lo afortunado que era al tenerte. Él sabía que estos próximos dos días sería una vista previa de lo que sería vivir contigo a tiempo completo y estaba dispuesto a pasar por eso.
Claro, habría otras personas alrededor pero para los próximos dos días serían ustedes. Sólo ustedes.
Sentiste la cama sumergirse junto a ti y volteaste tu cabeza para encontrarte con unos preciosos ojos de un brillante color azul. Su pelo, que alguna vez era rubio, ahora estaba en su mayoría castaño y tenía la mandíbula delineada con un débil golpe de barba de apenas dos días. Sus labios se veían rosados y suaves, suspiraste al recordar su primer beso.
Sonriendo, trazaste con las yemas de tus dedos el contorno de sus labios mientras sus ojos se cerraban poco a poco. Después te colocaste a horcajadas mientras él envolvía sus brazos alrededor de ti, permitiendo que su olor se apoderara de tus sentidos.
Cada parte de su cuerpo gritaba el deseo y amor que sentían el uno por el otro.
—Te amo tanto, nena— Respiró mientras sus ojos se abrían, y sus labios formaron una sonrisa.
Se levantó un poco aún contigo y te colocó de espaldas a la cama para subirse sobre ti; con sus manos descansando en cada lado de tu cabeza, mientras presionaba sus labios en un suave beso. Era un beso lento, donde el deseo hizo que la temperatura de la habitación se sintiera un poco más caliente viéndose obligados a quitar con delicadeza cada prenda que parecia ya estorbar.
Pronto no hubo nada de tela que los separara, así que el entró en ti suavemente. Niall era especial y sabías que no habría manera en que quisieras detenerte, tu frente descansaba contra la de él y tus manos despeinaban un poco el cabello en su nuca.
Niall movió su cara, presionando suaves besos en tu oreja y bajando por tu cuello mientras susurraba lo mucho que te amaba; su voz era suave y un poco entrecortada por el movimiento excitante que generaban sus cuerpos. Con tus ojos cerrados y labios entreabiertos apenas podías escuchar el susurro de su voz, parecía que hablaba más para el que hacia ti.
Sus jadeos llenaron de ruido la habitación una vez que la velocidad aumentó y sus caderas se balanceaban contra las tuyas. Te encantaba el modo en que te sentías a su alrededor, los dulces sonidos que salían de él de pronto te llevaron a un estado de placer inimaginable.
Tus manos se dirigieron hacia sus hombros mientras tu espalda se arqueaba separandose un poco de la cama, y el capturaba tus labios una vez más para callar los gemidos de liberación. Poco después sentiste como la piel de Niall se erizaba anunciando que se sentía tan bien cómo tú.
—Te amo tanto.— Respiró mientras ambos sentían el placer descender de su cuerpo. Sonriendo, presionó un suave beso en tu frente.
Lo observaste mientras se levantaba de la cama listo para deshacerse del condón cuando de pronto se detuvo. Una mezcla de pánico y sorpresa golpeó a Niall dejándo caer el preservativo al suelo mientras se giraba para mirarte. Te sentaste abrazando las sábanas cerca de tu cuerpo mientras lo mirabas con confusión y también un poco de miedo.
—Bebé, ¿qué pasa?— Lo escuchaste respirar profundo mientras buscabas su camisa en el suelo para ponértela.
—Se rompió.
Habían sido tan cuidadosos que no podían entender cómo algo así podría haber sucedido. Sonriendo suavemente, te acercaste a él abrazándolo un poco son tus brazos en su cintura. Niall sabía que su novia era bastante miedosa pero tú sabías que el pánico no iba a ayudar en esta situación a ninguno de los dos.
—Podemos conseguir el plan B por la mañana, Ni.— respondiste mientras el te miraba fijo a los ojos y pasaba una mano por su cabello.
—¿Es raro que yo hubiera deseado, por un momento... a un bebé?— Mencionó un poco horrorizado con esa confesión pero al verte reír negando con la cabeza, relajó sus hombros y depositó un beso un tu nariz.
—No, también me gustaría un pequeño tú corriendo, pero tal vez prefiero tenerlos una vez que ambos estemos estables y no vivamos en casa de nuestros padres.