—Eres tan hermosa.— Dijo Niall mientras colocaba un desastroso cabello suelto detrás tu oreja.
Tu y Niall estaban en una cita. Estaban sentados en una mesa con luces de colores y otras cosas lindas. El olor de la lavanda hizo la ocasión más romántica.
—Gracias.— mencionas ruborizado. Tenías las mejillas de color rojo con un tinte de color rosa. Tus cabellos brillaban perfectamente en el rayo agradable de la puesta del sol de color naranja.
—Tus ojos son impresionantes—, dijo mostrando sus muy pequeños hoyuelos que cualquier persona apenas se daríacuenta. Sus ojos azules estaban mirando muy profundamente hacia ti.
—Gracias.— dijiste de nuevo mientras tomabas un sorbo de champán.
—Eres una pieza completa del arte. Sé que esto suena cursi y no soy un perfeccionista en esto, pero me gustas. No de esa manera como tal pero de otras maneras similares. Quiero decir que me gustas. Sé que esto que siento es más que real.— estaba a punto de balbucear más cuando ahuecaste tu mano en su mejilla.
Sonreíste mientras el acercó sus rostros. Tan cerca que podía sentir tu aliento caliente en sus labios fríos. Sus latidos del corazón era tan rápidos que literalmente llegaban a tus oídos. Mientras te inclinabas Niall comenzó a balbucear de nuevo. Rodaste los ojos antes de poner tu dedo índice en sus labios para que dejen de moverse.
—¿Vas a besarme o qué?— Mencionaste riendo entre dientes y antes de que pudieras darte cuenta sus labios se encontraron con los tuyos, silenciándote. Entonces aquel niño que sabía que iba a caer enamorado de ella justo después de besarla.