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Cuatro semanas.

Estuviste reposando cuatro semanas después de tu cirugía de rodilla, y estabas a punto de arrancarte el pelo. Los médicos habían dictado que la cirugía había sido todo un éxito, pero la cantidad de dolor constante que sentías no lo dejaba completamente claro.

Niall había estado atento y dulce para satisfacer todas tus necesidades durante las cuatro interminables semanas. De hecho, empezaba a ponerte nerviosa; pues tenía programado el cambio de vendaje en su teléfono y cada vez que el ding de la alarma sonaba, entraba en la habitación con un botiquín de primeros auxilios completo.

Si no hubiera sido una estrella del pop, habría sido una excelente enfermera con su tacto suave y atención al detalle.

Y aunque el reía a carcajadas las veces que se lo mencionabas, no se trataba de una broma. Cada vez que Niall trataba de alejarse del sofá, su extraña audiencia súper humana estaba tan alerta y tan pronto el pudiera estaría a tu lado ofreciendo su brazo para ayudarte a levantar.

—Niall, lo juro por Dios; si intentas ayudarme a hacer pis, te meteré esta muleta hasta el culo y estarás cagando el aluminio durante semanas.

En ese momento, se alejó lentamente por aquel pequeño estallido que tuviste. Al salir del baño, Niall te esperaba en el vestíbulo con una expresión de vergüenza en su rostro.

—Lo siento. Sólo recuerdo lo difícil que era moverse. Sólo quiero ayudarte.

Te recargaste contra el marco de la puerta y sonreíste hacia él. —No, Niall... yo lo siento. Estás siendo increíble y lo aprecio; en serio lo hago.
Me estoy sintiendo asfixiada y al parecer tú estás un poco tenso. Sólo necesito un poco de espacio, ¿de acuerdo?

Niall dió unos cuantos pasos al otro lado del pasillo para acercarse a ti, colocó sus enormes manos bajo tu mandíbula y te besó suavemente.

—No quiero que te sientas así, esta es tu casa también.— mencionó al momento en que dejaron de besarse.— Nuestra casa. Voy a tratar de calmarme un poco, ¿sí?

Tu estómago aún se revolvía y todo giraba en tu ser cada vez que se recordabas que ustedes estaban viviendo juntos. Asentiste con una sonrisa en tu rostro y volviste a dejar un par de besos pequeños en sus labios.

Después de todo, acostumbrarse a ese hombre sería totalmente increíble y a esta versión enfermera de él, que en el fondo (muuuuy en el fondo), te agradaba un poco.

⭐️
hey! tamo de vuelta jajaja.

One Shots de Niall HoranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora