—¿Niall? ¿Dónde estás?
—Hola, amor. —dijo caminando desde la cocina hacía mí. —¿Todo bien?
—Sí, eso creo. —mi voz un poco incrédula. —¿Qué estabas haciendo?
—Nada. —contestó rápidamente llevándose una mano detrás de la oreja para rascarse; una señal que me decía que estaba mintiendo. —¿Por qué no vas a bañarte?
—¿Me estás llamado apestosa, Horan?
—Claro que no. —dijo besando mi frente. —Quiero que te bañes para comenzar con nuestras relajadas vacaciones.
—Sí, claro. Fingiré que te creo. —dije antes de darle un corto beso y dirigirme a la habitación.
Mientras me alejaba lo escuché hablar en voz baja en su camino de vuelta a la cocina.
—¿Dijiste algo? —me giré tratando de ver qué estaba tramando.
—Dije: 'que tengas una buena ducha'. —la manera en la que trataba de tapar la puerta de la cocina con su cuerpo me ocasionó gracia y más confusión al mismo tiempo.
Confieso que fue el baño más rápido que he tomado en mi vida. Necesitaba saber que estaba haciendo ese hombre en la cocina.
—¿Amor? —volví a buscarlo cuando bajé las escaleras.
—Aquí en la cocina. —gritó.
Mi sorpresa fue inmensa al ver la cocina extraordinariamente decorada con luz de velas y la mesa lista con la cena y una botella de mi vino favorito.
—Dios mío. ¿Qué es todo esto, Ni?
—Vamos a sentarnos, te lo explicaré todo. —dijo mucho más emocionado de lo que se veía en la mañana.
—Ya. Ahora habla. —mi novio río ante mi impaciencia. Literalmente parecía una niña pequeña esperando a que le compraran su dulce favorito.
—Hace un tiempo que hablamos de hacer un viaje, ¿recuerdas? —empezó a hablar, mientras ponía comida en mi plato. Asentí. —Así que decidí darte una sorpresa.
Después de que ambos platos estaban servidos, me entregó un sobre. Me sentía confundida pero mi corazón se sentía amado cuando pensé en el hecho de todos estos detalles provinientes de Niall.
—¿Qué es esto, cielo? —dije abriendo el sobre. —A ver, que tenemos aquí... —mis ojos recorrieron con rapidez las letras del contenido del sobre. —Son dos boletos para... ¿España? —ladeé mi cabeza un poco para leer bien. Mi mirada cambió hacia Niall quien tenía una sonrisa gigantesca en el rostro.
—¿Iremos a España? —pregunté y el se rió mientras asentía. —¡Santo cielo! ¡Iremos a España!
España siempre había sido uno de los lugares en mi lista de países por recorrer, y que Niall haya tomado la oportunidad para cumplir este sueño era demasiado increíble. La emoción que me invadió en el momento fue tal que me levanté de la silla para abrazar inmediatamente al chico tan dulce frente a mí. No lo podía creer. Lo abracé por el cuello besando su rostro repetidas veces ocasionando que se riera levemente.
—¿Te gustó la sorpresa?
—La amé en verdad, Niall. —dije sosteniéndolo cerca para darle un largo beso. —Muchas gracias.
—No es nada. Te aseguro que amarás mucho más el momento en el que estemos ahí. —dijo devolviéndome el beso. —Anda, preparémonos para ir a España.