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Estas vacaciones no tenían pinta de ser las mejores. Una semana después de partir, mi novio había estado enfermo del estomago y en el momento en que Niall y yo habíamos aterrizado en Río, había caído en cuenta de algo. Habían sido veinticuatro horas de queijdos sin parar y reclamos que salían de su boca.

Estaba más cansada de lo que se podía pensar y estaba dándome por vencida en pedir ayuda a un habitante de aquí. Gracias a sus amistades brasileñas habíamos logrado conseguir lo básico y fui capaz de encontrar todo lo que podría curar a mi bebé.

— ¿Qué es esto?— Murmuró mientras llenaba una cuchara con el té casero de lima y miel que había encontrado en línea.

— Una amable anciana me habló de este té de lima hecho en casa.— Dije mientras lo empujabas más allá de sus labios. Vi cómo sus labios se curvaban del disgusto antes de besarle la frente.

— Sabe terrible, amor...— Él rió mientras yo rodaba los ojos empujándole otra cucharada.

— No supone complacer tus gustos, Ni.— Agregué antes de darle el resto del té. Una vez hecho, me aseguré de que él se sintiera cómodo; y no tuviesa temperatura para que lograra dormir.

Tomé ese tiempo como mi oportunidad de hacer la sopa que había encontrado en línea. Con la guía de la receta fuí capaz de hacer sopa de fideos con pollo, así como más té de lima. Una vez que vi a Niall despierto, entré en la habitación viéndole el rostro iluminado. Se veía mucho mejor, su rostro tenía ese color rosado natural y sus ojos eran mucho más brillantes.

— ¿Cómo te sientes?— Pregunté mientras sonreía suavemente.

— Mucho mejor, amor. La cabeza sigue doliendo como el infierno.— Hizo una mueca mientras le entregaba un vaso de agua y dos analgésicos. Él fue rápido en tragarlos así como rápidamente dejó de el plato de sopa vacío y tomó té una vez más.

— Con una enfermera como tú, estaré mejor en cualquier momento.— Él se rió mientras giraba los ojos.

—No me gusta verte enfermo.

— Y no me gusta estar enfermo, significa que no puedo besarte.

— Oh silencio haces suficiente de eso cuando estás bien.

— De tus besos nunca tengo suficiente.— Él guiñó un ojo cuando una risa escapó de mis labios. Aunque estuvo enfermo durante la mayor parte del viaje, no hubo impedimento para pasarla bien, siempre a su lado.

One Shots de Niall HoranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora