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Sentía a Niall mirándome de reojo cada dos o tres segundos, a veces, levantaba la comisura de sus labios en una sonrisa coqueta. Era imposible ignorar el hecho de que se veía tan malditamente guapo conduciendo, pero que me prestara demasiada atención me ponía más inquieta de lo que ya estaba.

—¿Que tanto piensas? ¿Por qué luces tan nerviosa, amor?

Acomodé un mechón de mi pelo tras mi oreja y aclaré mi garganta.—¿Nerviosa? Para nada, yo...

No iba a admitir que estaba nerviosa por lo que el día de hoy iba a suceder. Había tardado unas semanas en procesarlo y cuando se lo conté a Reno, mi mejor amigo; el hizo que mi mente se volviera aún más intranquila.

«—¿Y si ya lo hizo antes? ¿Cómo sabré que les agrado? Tal vez no soy el tipo de persona que quieren para Niall.

—¡Deja de ser tan patética, _____. Es obvio que lo hace porque sabe que eres la indicada.

Es que... tengo miedo de que no les guste cómo soy.

—Hablas como si fueras una asesina... Y me estás asustando... Espera, ¿lo eres? —Arrugó su nariz e hizo un gesto de horror. Cuando levanté mi dedo medio hacía él, continuó. —Sólo ponte tu mejor ropa, yo puedo ayudarte con eso... y sé tu misma.»

¡Ser yo misma! Eso es algo que sólo Niall logra sacar de mí, cuando estaba conviviendo con más personas no era lo más sociable que digamos. ¿Qué voy a hacer?

—Cú cú, tierra llamando a _____.

—Sí, lo siento.— Froté mis manos. —Es que... ¿y si no les agrado lo suficiente? Niall, yo simplemente no podría con eso.— Suspiré. —Es, ufff, cariño, siento demasiada responsabilidad, y no me malinterpretes; amo que este momento este sucediendo pero...

Las palabras salian disparadas de mi boca que apenas tenia un poco de aliento y cuando me detuve a respirar, Niall habló.

—Hey, cariño. Tienes que relaj...

O al menos lo intentó.

—¿Y si no me vestí adecuadamente? Es demasiado colorido, ¿no crees? O tal vez demasiado informal, y-y ¿tú que opinas? ¡Oh por dios! Cómo no lo pensé antes, pero es que en realidad, yo-o... no lo sé.— Dejé caer mi cabeza en el respaldo del asiento y cuando cerré mi ojos dije con pesar:— Si estoy nerviosa, Niall.

Estábamos a un par de calles de llegar. No había notado lo rápido que fue el camino pero por suerte, estábamos en un semáforo rojo. Sentí que Niall giró un poco sobre su asiento, y abrí un sólo ojo para notar que su sonrisa se ensanchaba cómo el auténtico gato de Cheshire.

—Te patearé si no dejas de sonreír así, estás dándome miedo.

—Amor, no respondiste mi pregunta. ¿Por qué estás nerviosa?

—¿No escuchaste todo lo que acabo de decir?

—Sí pero... —Fue interrumpido por el irritante pitido del auto detrás nuestro. El semáforo apenas estaba cambiando de color.— ¡Carajo! Ya voy, ya voy.

Cuando puso en marcha el auto, colocó su mano libre en mi pierna dándole un ligero apretón.

—Nena, estás preciosa. Cómo nunca antes. Además de ser una mujer irremediablemente guapa, tienes un carisma perfecto.— Volteó a mirarme un segundo y rápido regreso su vista al camino dando vuelta en la calle principal.— Les encantarás, sé que notarán lo mismo que yo vi en ti y no querrán soltarte.

One Shots de Niall HoranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora