Los miércoles eran tus días favoritos.
Siempre había sido difícil para ustedes dos el hecho de que Niall tuviera que estar lejos promocionando su música y de gira la mayor parte del tiempo. Se conocieron y habían comenzado a salir durante el descanso de One Direction así que todo esto de la relación a distancia era nuevo para ti.
La cosa más loca que había sucedido en su relación respecto al tema de la fama, fue el alboroto que causó el lanzamiento de This Town. Los promocionales habían sido difíciles. Pasaste de visitarlo todos los días, a verlo solamente una vez cada dos semanas. Es por eso que ambos habían hecho un trato: todos los miércoles, sin importar cuán ocupados estuvieran, reservarían un poco de su tiempo para verse por Facetime. No se permiten excusas, ya sean cinco minutos o tres horas, tenían que verse.
Pero este miércoles era particularmente complicado: tuviste un examen de medio semestre para la materia más difícil de tu carrera, y debido a que habías pasado toda la primera mitad de la semana estudiando ahora estaba atrasada con el resto de tus clases. En el camino a casa después del examen, en lo único que podías pensar era en que finalmente verías a Niall y podrían compartir un buen rato. La emoción era evidente en cada fracción de tu rostro.
Te quitaste la mochila del hombro después de entrar por la puerta principal, misma que cerraste detrás de ti con un pequeño suspiro. Al quitarte los zapatos, caminaste por el pasillo hasta la cocina para tomar un vaso de agua y un ligero snack, luego sonreíste mientras prácticamente dabas pequeños saltos dirigiéndose a tu habitación.
Te dejaste caer en la silla de tu escritorio mientras abrías tu laptop. Tan pronto como la encendiste, tu teléfono vibró en el bolsillo del pantalón y tu rostro completo se iluminó cuando leíste el mensaje.
"¿Estás lista, cariño?"
Pusiste tu teléfono en el escritorio e hiciste clic en la aplicación Facetime de la computadora, clic en la imagen de contacto de Niall, y en cuestión de segundos, él estaba en tu pantalla.
—¡Hola, amor! —Él sonrió radiante. Ver su rostro inmediatamente hizo que tu corazón se disparara de alegría: sus grandes ojos azules se veían aún más brillantes en la pantalla, y llevaba el sombrero café que le habías regalado un par de meses atrás.
—Hola, guapo. —te reíste, incapaz de borrar la sonrisa de tu rostro. Parecía cansado, sabías que no se sentía bien últimamente y toda la promoción realmente lo estaba agotando. —¿Como te sientes?
—Terrible. —se rió un poco, inconscientemente moviendo la nariz. —Pero me siento mejor ahora que te veo. ¿Cómo estuvo tu examen?
—Terrible. —le copiaste y ambos rieron al unísono. Comenzabas a sentir tu corazón mil veces más ligero a pesar de lo difícil que había sido tu semana.
—Cuéntamelo todo. —sonrió con ternura.
Y así, todo el estrés que sentías se disipó. Le contaste todo, desde como te pasaste las últimas dos noches estudiando y aún no te recuperabas por completo hasta cuando tu mamá había traído comida para ti al descubrir que estabas viviendo de comidas para microondas desde que Niall se había ido. Se rió cuando le dijiste que derramaste café en tu ropa mientras andabas en la calle el día anterior, y rió aún más fuerte cuando amenazaste con colgarle si seguía burlándose.
Y él te contó cómo le encantaba finalmente poder hacer una promoción para su álbum, y cuánto alivio sintió al publicarlo después de mucho tiempo. Te alegraste por él y lo felicitaste como siempre. También le dijiste que tu mamá había llorado cuando escuchó Flicker y que tu padre cantaba On My Own en el auto constantemente.