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—Espera— Ferni se detuvo en frente de la tienda de animales y apreció enternecida a los pugs detrás de la ventana. Niall la miró y dejó escapar una risa suave. Esto es algo que sucedía muy a menudo cada vez que los dos pasaban por la pequeña tienda de mascotas en la ciudad, quería que la dejaran admirar los cachorros, pero nunca pedía uno. Niall sabía lo mucho que  Fernanda amaba a los perros y siempre quiso uno.

—Niall, Niall; ven y mira el pequeñín de la esquina.— Le hizo señas para que se acercara y éste miró a la casita de cachorro pequeña y dentro de ésta había un pug  bebecito recubierto en piel negra durmiendo plácidamente.

—Él es tan precioso, Fernanda. — se rió y puso su brazo alrededor de su cintura.

— ¿Quieres ir a casa? podríamos tomar una buena siesta juntos.

—Eso suena bastante bien, mi amor.—  sonrió antes de caminar lejos de la tienda de mascotas y hacia el auto, y antes de ambos sentarse nivelaron el calor del auto.





— Hace un rato hacía bastante frío.— Niall resopló mientras entraban en la casa y hacia presente el deslizamiento de los guantes en sus manos.

— Sí, bastante frío, que estaba prácticamente congelándome cuando estábamos mirando a los cachorros antes.

Una sonrisa se estableció satisfecha en los labios de Niall y  bajó la mirada hacia el suelo, antes de dejar escapar un suspiro que fue para garantizar que no sonrió demasiado grande antes de mirarla, Fernanda lo estaba viendo sospechoso pues había estado sonriendo un mucho a sí mismo en su camino a casa.

— ¿Qué pasa con usted hoy señor, ha estado sonriendo mucho?— caminaba hacia la cocina a buscar algo para merendar.— Estoy seguro de que lo estás haciendo de nuevo en este momento, pero no puedo verte— le soltó una risita.

— Nada, sólo de pensar en lo mucho que te amo y lo afortunado que soy al llamarte prometida .— Sus ojos se arrugaron cuándo sonrió al oír sus palabras, —¿Quién está sonriendo ahora, amor?

Te amo.

Te amo.


Niall se levantó de la cama tan silenciosamente como pudo para agarrar su teléfono, abrigo y deslizando sus zapatos de nuevo junto con sus guantes, se acercó a su lado de la cama y apoyó un beso en la cabeza de su prometida. Después se fue corriendo de la casa para volver a qué otro lugar sino la tienda de animales. Él conducía por la carretera con el calor a tope unos días después de la Navidad, con ganas de conseguirle  un regalo de Navidad que tarde o temprano él sabía que quería.

Se bajó del coche y se dirigió a la tienda de mascotas las campanas por encima de la puerta sonaron cuando entró. Unos jadeos se escucharon alrededor de la tienda, pero él sólo respondió con una sonrisa, la otra gente, obviamente, sabía quién era. Miró a los cachorros y por suerte el pequeño que parecías más interesante para Fernanda aún estaba allí.

—Hola señor, ¿puedo ayudarle?— Una chica que trabaja en la tienda preguntó.

—Uh, sí de hecho, me gustaría comprar uno de los pugs que tienen aquí.— sonrió brillantemente.


— Niall ¿qué estás haciendo? ¿Estás lamiendo mi mano?— rió adormilada.

— No amor, yo estoy aquí— le tocó el hombro. Ella dio la vuelta para verque Niall le mira sonriente. Fernanda, finalmente se dio la vuelta observando a el curioso cachorro sentado, mirándola con la cabeza ladeada.

— Espera, pero... ¿quién?, ¿cómo?, cuándo? ¡OH POR DIOS, BEBÉ!— y cargó a el pequeño cachorro en sus brazos. Niall los  miró sonriendo.

— ¿Supongo que te gusta?— Se rió.

—Por supuesto que sí, gracias. Te quiero tanto tanto— se le cristalizaban los ojos, ¿Qué hizo ella para ganar a un ángel tan grande cómo el?

—¿Cómo te gustaría llamarlo?— Preguntó Niall.

—¿Qué te parece 'Dusk'  ?— Niall sonrió y le brindó un cálido beso en la frente, este fue el comienzo de una nueva historia.

***

¡YO SIMPLEMENTE NO ME PODÍA CONTENER A ESCRIBIRTE, astralboca !

One Shots de Niall HoranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora