—¡Joder, _____! ¿Puedes decirles que paren?— Niall gritó apenas entré a la casa. Lo busqué con la mirada hasta encontrarlo cerrando un poco la persiana de la ventana, lo que me causó un poco de gracia porque parecía estar acechando a alguien cuando en realidad: él estaba siendo acechado.—Esta mierda es tan irritante.
—Hey, hey, relájate un poco ¿quieres?— caminé hacia la cocina para dejar las bolsas del supermercado encima de la isla. Pronto escuché los pasos de Niall viniendo hacia mí.— No es mi culpa que esto suceda. Tú eres la super estrella aquí.
—Y tus jodidos amigos periodistas no entienden lo que es la privacidad.— bufó.
—¿Mis amigos? ¡Ellos ni siquiera trabajan conmigo!
—¡Pero su mierda es igual de frustrante! Todos los días vienen aquí, se paran fuera de la casa y esperan a que alguno de los dos salga para obtener nuevas noticias sobre mí. ¿No tienen suficiente con que una de ellos este saliendo conmigo?
Su entrecejo se fruncía un poco más cada que las palabras salían de su boca. Lo único que yo atinaba a hacer en ese momento era cruzar mis brazos, mirarlo estupefacta y reírme con un poco de ironía.
¿Pero qué carajo...? Para empezar, en el momento en el que Niall y yo comenzamos a salir sabíamos lo que eso significaba. ¿Una paparazzi de gran prestigio saliendo con la súper estrella del momento? No era mi culpa que las consecuencias comenzaran a ser cada vez más fastidiosas y las visitas inesperadas de los reporteros para obtener buenas fotos lograran que el rubio frente a mí estuviera de tan mal humor.
Después de todo, él mismo fue quien decidió hacer pública la ruptura que había tenido con los chicos.
Lo entiendo. Estaba cansado de que en cada maldito momento, sus fans no dejaran de hacer cuestionamientos sobre el regreso de la banda o sobre si sabía algo de los chicos, y eso le ponía realmente mal. El estaba dando su esfuerzo para ser alguien más que un ex integrante de One Direction y en el fondo de su ser sentía que no lo estaba logrando.
Pero el hecho de que lo entendiera y me apiadara de el escuchándolo suspirar con pesar noche tras noche y despertándome para consolarlo después de haber tenido un conflicto mayor con Harry, Louis y Liam, no significaba que yo fuera la responsable de todo este caos.
Claro que los paparazzis que estaban fuera de casa en un auto que querían hacer pasar por "discreto", eran mis amigos. Por supuesto que conocía a Caleb y Arthur, cómo no hacerlo si compartíamos la mayor parte del tiempo juntos. Estaba completamente segura que los habían enviado a ellos para aminorar mis quejas el próximo lunes que me presentara en la oficina. Sin embargo, me contuve de decírselo a Niall porque en realidad, nunca teníamos discusiones acerca del trabajo del otro.
Hasta hoy.
Baje mis brazos de un tirón e inhale una gran bocanada de aire, preparándome para lo siguiente.
—¿Una de ellos? ¿A qué te refieres, señor súper estrella?— declaré entre dientes. —Que mi profesión no sea la misma que la tuya o no trabaje como ustedes, no significa que puedas hablarme cómo lo mierda. ¡Soy tu novia! ¡No soy una de ellos!
—¡Pero sigues ahí! Apesar del incesable trabajo que he hecho por conseguirte, no lo sé, que otras agencias reconozcan tu talento y te llamen para que dejes esa mierda de paparazzi.— alzó los brazos al aire y los dejó caer haciendo ruido cuando éstas chocaron con sus laterales.— Y tú sigues interesándote en la vida de los demás. ¡Justo cómo los estupidos del auto que está cruzando la calle!
—¿Qué has hecho qué?
—Lo que oíste, _____. No puedo tolerar el hecho de que tengas una excelente preparación en todo eso de la fotografía y mucho menos que lo estés tirando a la basura con el tonto juego de perseguir a los famosos por una foto o información que ellos ni siquiera desean revelar.