¿Todo había sido un sueño?
No, no había sido un sueño. A Cameron le hubiese gustado que haya sido un sueño. Pero no había sido así. Estaban acostados juntos en la cama de Cameron. Ella, con su cabeza en el pecho de él, sonriendo. Y Cameron con el brazo de él alrededor de la cintura de la Lola. Windaham se dio cuenta de la locura que había hecho pero no dijo nada por unos minutos.
Había cometido la peor locura de su vida. Había tenido sexo con Lola. Había violado a una menor de edad eso solo significaba problemas y prisión. Vergüenza para su papá. No había podido aguantar no poder besarla después de que ella se le había insinuado. Nunca habría querido cometer ese error pero ahí estaba; desnudo junto a Lola que también estaba desnuda. Había querido hacerlo, no pudo parar y había cometido un gran error. Estaba dolido, quería que eso solo sea un error, un sueño pero nada iba a cambiar. Lola le había entregado su virginidad con el mayor de sus deseos y él ya estaba arrepentido.
No era un hombre. Estaba lejos de serlo. Nunca su papá podría decir que estaba orgulloso de él después de haber estado con una adolescente. Cerró los ojos y no quiso pensar en nada -quería disfrutar del tacto de la piel desnuda de Lola- pero su cabeza lo llevaba a la cárcel. A él estando en la cárcel por abuso.
-Tenes que ir a tu casa, Lola. -susurró Cameron nervioso.
-¿Si le digo a mi mamá que me quedo a dormir en lo de una compañera por un trabajo practico y me quedo contigo? -preguntó Lola apoyando su barbilla en el pecho de él. No tenía amigas pero su madre le iba a creer.
-No, ya son las seis y media de la tarde; tienes que volver a tu casa. -Cameron separó a Lola de su lado.
-Quiero quedarme acá. -confesó ella. Cameron salió de la cama, se puso el bóxer blanco y su pantalón gris.
-Puedo ir preso por esto. Por esa mancha en las sábanas puedo ir preso. -dijo él mirando a Lola. -Por favor andate.
-¿Preso? -cuestiono la joven de pelo castaño.
-¿Todavía te importa eso?-Tú menor, yo mayor. Me meten preso por una violación. Soy abogado, mucho más años por ser alguien que conoce las leyes. -exclamó Cameron enojado. -Anda a tu casa, Lola.
-¿No te importa lo que hicimos? -susurró ella con miedo a la respuesta.
-No. -mintió Cameron. Era mejor mentir.
-Yo te di mi virginidad y no te importa. -ella empezó a derramar lágrimas. -Siempre soñe con el momento que haga el amor por primera vez y tú...
Lola no dijo nada más y se levantó de la cama y empezó a vestirse rápidamente mientras lloraba. Cameron la miraba y aunque no estaba arrepentido de lo que hizo sabía que podía ir preso. Quería a Lola, la deseaba pero era menor de edad y estaba mal.
La joven se termino de cambiar y salió de la habitación de Cameron y bajo las escaleras hasta llegar al living donde estaba el helado derretido. Antes de abrir la puerta para salir, Cameron la agarró por el codo.
-Será mejor que no nos hablemos más. -pidió él limpiandole una lágrima de la mejilla de Lola.
-Okay. -accedió ella corriendo la cara. -Ya me usaste ¿para qué seguir hablando?
Y sin dejar que Cameron pueda responder, salió de la casa de su vecino. Windaham cerró los ojos y se sintió muy culpable por lo que había dicho y hecho, pero no se arrepentía. Le había hecho el amor y le mintió para que no pase nada más con ellos así él no iba a ir preso. Y aunque no quiso admitirlo todavía quería estar con esa pequeña adulta.