Había sido un sueño. Todo fue un sueño. Un desagradable sueño. El peor sueño de todos. No tenía que haber soñado eso. ¿Por qué había soñado que le quitaba la virginidad a la adolescente? Eso era lo peor. Lo peor del sueño fue que estaba a punto de tener relaciones sexuales con una menor de edad. Con su vecina. Con Lola. Había una atracción entre ellos pero Cameron ignoraba aquello. Estaba mal que pueda tener una atracción hacia su vecina menor de edad.
Cameron miró la hora. 6:58. Su alarma de las 7:00 estaba por sonar así que la apagó antes de que empiece a sonar. Ya no estaba de humor. Su maldito sueño le sacó el buen humor. Cuando se levantó de la cama, notó que en su entre pierna algo molestaba. Bajó la vista y vio su erección. Siempre se levanta así, era la erección de cada hombre al levantarse. Pero se día no era igual, era un poco más grande que cualquier otro día. Supo por qué había sido y se molestó un poco más.
Fue a darse una ducha de agua fría para bajar aquella molestia, no pensaba tocarse. Salió del baño con un bóxer negro y se puso un traje azul oscuro para ir a su trabajo. Bajó las escaleras y se preparó el desayuno que consistía en un café y galletas. Cuando terminó de desayunar, salió de su casa. Por impulso miró a la casa vecina y vio a Lola salir con la mochila en mano.
-Hola, buen día. -le dijo ella con una sonrisa.
Cameron la miró serio, sin ninguna emoción en su rostro, y subió a su auto ignorando a Lola. La adolescente se paró en seco y vio como su vecino se fue. La había ignorado. Se sintió mal porque no la saludó. Entró al auto de su papá justo cuando Edgar y Devonne salían de la casa. Los padres de la joven se sentaron en el auto y Edgar empezó a manejar con dirección al colegio de su hija.
-Me agradó mucho el joven Cameron. -comentó Edgar.
-Sí, es muy educado. -coincidió Devonne. -¿Hablaron de algo cuando te llevó a casa? -le preguntó a su hija.
-No, nada interesante. Casi ni hablamos. -respondió Lola un tanto enojada por lo que hizo Cameron.
Devonne no dijo nada más. El resto del camino fue en silencio. Llegaron al colegio de Lola y la joven bajó sin decir nada y entró al colegio como los demás compañeros pensando en la mala actitud de Cameron. Y por eso estaba molesta así que cuando tenga posibilidad se lo iba a decir.
(...)
-Maldición. -escuchó decir Drake al entrar al despacho de su hermano.
-Pero mira quién insulta, el señor Cameron Windaham insultando. -dijo Drake fingiendo sorpresa. -¿Qué pasa hermano?
Cameron miró a su hermano y no dijo nada, solo suspiró un poco cansado. El abogado no había parado de pensar en el sueño y se enojaba por sentir su erección volver a crecer. Estaba enojado con él mismo. No era algo divertido. No podía concentrarse, había leído el mismo papel cinco veces y no podía entender.
-Nada, Drake.
-Oh, vamos, Cam, algo te pasa. No por nada estás insultando, Sr Abogado Perfecto. -rió el joven. -Anda, suelta todo.
Cameron dudó en contarle la verdad a su hermano aunque rápidamente se lo negó. Ellos eran muy unidos pero Cameron no quería darle un mal ejemplo a su hermano de veinte años. No quería que nadie lo sepa, y menos alguien de su familia quien podía sentir vergüenza por las actitudes de él. No quería ser la vergüenza de la familia.
-En serio, nada.
-Soy tu hermano y te conozco.
-Nada, Drake, no pasa nada. -dijo Cameron de mala manera.
-Hey vine acá para saludarte e invitarte a almorzar y tú me gritas. ¿Sabes qué? Vete a la mierda.
Drake se levantó de la silla y se fue del despacho de su hermano un poco enojado. Cameron se tapó la cara con las manos un poco frustrado por lo que hizo. Estaba estresandose por todo lo que pasó. Toda la culpa se la tiró a Lola pero ni siquiera eso podía porque fue él el que tuvo el sueño erótico con la jovencita. Se levantó de la silla y fue a buscar a su hermano pero Drake ya no estaba.
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