Prohibido [Editando]

Colors

Hola! Si llegaste hasta acá al parecer que te gusta mi manera de escribir así que te invito a que dejes un rato a Cameron y a Lola y vayas a mi perfil a guardar mi otra historia sobre Elizabeth y Christian llamada Colors.

Si tenes dudas, acá te dejo el prólogo; gracias por tu atención y seguí con tu lectura.

Prólogo de Colors.

Estoy cansada de tu mierda.

Eres grande, madura de una vez por todas. No tienes quince.

Nunca vas a cambiar y realmente me canse de tratar de que cambies.

Si sigues así, vas a morir y yo, en tu entierro... No voy a estar.

¿Cuándo va a ser el día en el que dejes de hacer estas cosas? Madura, Christian.

Eres tan idiota. Tienes que comportarte como un hombre.

No sirves para nada... No eres un modelo a seguir.

¿Cómo un ser humano puede ser así? Eres un jodido idiota, eres un inmaduro. Tienen que cortarte todos los beneficios para que aprendas.

Vamos, sé un hombre. Ya deja de actuar como un caprichoso y sé responsable de tus actos.

Christian vas a morir y si sigues así, nadie te va a extrañar.

Aprende a vivir sin depender de los demás, estoy harta de tener que soportar todo lo malo que haces. Sabes generar mierda pero no hacerte cargo de ella como un hombre. ¿Sabes lo que es ser un hombre? No, Christian, no lo sabes y a este paso, nunca lo vas a hacer. Aprende a ser hombre.

Maldición, duelen todas esas palabras. Duelen como la mierda. Si lo pienso, ellos son la mierda. Y de la mierda hay que alejarse así que por eso, agarre mis cosas y me largue de una vez por todas del lugar de donde siempre quise irme; mi casa. Está más que claro que no se le puede decir hogar a esas paredes de papel.

Esto era así;

Christian se fue de casa.

Christian quiere ser hombre.

Christian iba a vivir solo e iba a mantenerse sin ayuda de nadie.

Christian seguía haciendo lo mismo sin que nadie lo joda.

Christian follaba con quien quería, cuando quería y en donde quería.

Christian tenía sus propias reglas. Si no te gustan, vete o muere.

Christian no pertenecía a ninguna mujer, no pertenecía a ninguna ciudad.

Estaba cansado de todos y ahora podía vivir como se me daba las ganas. No me importa nadie más. Estaba aprendiendo y tenía que seguir así. Amaba esta soledad. Pero también la odiaba. ¿Por qué mi hermano no me quiere y mi mamá solo sonríe cuando ve su programa de televisión favorito? A la mierda todas esas preguntas. Ahora yo iba a seguir siendo quien era y lo mejor de todo era que nadie iba a poder joder mis reglas.

La soledad me acompañaba. Tenía miles de Demonios más grande que mi cuerpo y estoy lleno de colores que te pueden destruir...

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